Cultura

Todos con Poveda (en la foto)

  • La presentación del espectáculo inaugural de la Bienal de Flamenco se hace sin preguntas y con el director del festival sentado entre el público

Al tratarse de la presentación del espectáculo inaugural de la XVI Bienal de Flamenco, se asume como algo ya sabido que la presencia de políticos será nutrida. Lo que ya no resulta tan comprensible, tratándose precisamente de eso, de la carta de presentación del festival, es que los políticos desplacen en el acto al propio director de la Bienal.

Eso es justo lo que ha ocurrido hoy durante lo que se anunciaba como "una rueda de prensa" en torno al montaje ideado por Miguel Poveda y el director escénico Rafael Estévez, Historias de viva voz, con el que el cantaor, acompañado por la Orquesta Joven de Andalucía, dará mañana en la Plaza de Toros de la Maestranza, con las entradas ya agotadas, el pistoletazo de salida al encuentro.

A la hora de la foto, junto a Poveda posaban el alcalde de la ciudad, Alfredo Sánchez Monteseirín; el Consejero de Cultura de la Junta, Paulino Plata; la delegada municipal de Cultura, Maribel Montaño; la directora de la Agencia Andaluza para el Desarrollo del Flamenco, María de los Ángeles Carrasco; el delegado provincial de Cultura, Bernardo Bueno; y el director de la Bienal, Domingo González.

Éste último, sin embargo, era luego la ausencia más llamativa en una mesa a la que sólo se sentaron Sánchez Monteseirín, Plata, Montaño y Poveda. Él se quedó en los asientos destinados a la prensa e invitados.

"Si ahora estoy nervioso, imaginaos mañana", dijo el cantaor, quien invitó a los periodistas a despejar cuantas dudas albergasen sobre el espectáculo. Probablemente no intuyera que el alcalde, en calidad de moderador de la mesa, daría por concluido el acto tras la intervención de Plata. Otra rueda de prensa sin preguntas.

Por fortuna, Poveda explicó antes algunas de las claves de Historias de viva voz, un recorrido por algunos de los cantes que dejaron su impronta en el devenir del género y del cantaor mismo. Todo un desafío. "Para mí esto ha sido un reto. Era muy consciente de lo que podría pasar. Pero estoy feliz y contento de haber conseguido mi propósito, contento de haber dicho que sí", aseguró.

Sostiene el cantaor que los cantes recuperados son el testigo de que "estas voces nunca han muerto, están en nuestra memoria. El Titi, Mairena, Manolo Caracol... Todos siguen estando vivos, y no sólo en los vídeos y en los discos: los flamencos miramos al pasado para seguir construyendo el presente".

Definido como la "plasmación de ideas y sueños en momentos de soledad y viajes", Poveda constata en Historias de viva voz que no sólo de flamenco vive el músico jondo. "Hacer un viaje por los diferentes espacios del flamenco en dos hora es difícil. Faltan muchos, pero cada una de las piezas está justificada, hasta la menos flamencas", avisa. Apunten una pista: "Carlos Gardel, su actitud, tuvo una influencia enorme en los cantaores de los años 20 y 30".

Perfeccionista -"Nunca he tenido hambre de éxito, sino de hacer las cosas lo mejor posible"- y cercano -"Hoy día puedo considerarme un sevillano más", asegura este catalán vecino de Mairena del Alcor-, Poveda remite al propio montaje, con la participación de 80 artistas sobre 500 metros cuadrados de escenario. "El espectáculo prefiero contarlo mañana de viva voz", bromea.

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