Conciertos

David de Arahal y la música de los olivos

  • El guitarrista, celebrado como uno de los nuevos valores del flamenco, presenta hoy en el Palacio de los Marqueses de La Algaba su primer disco, ‘Mar verde’

El guitarrista David de Arahal.

El guitarrista David de Arahal. / Juan Carlos Muñoz

David de Arahal aparece en los vídeos caseros que grababa la familia, en su primera infancia, con una guitarra entre las manos, acompañando con sus notas improvisadas, su rasgueo todavía burdo, a la voz de Camarón de la Isla que sonaba en un disco. "Para mí, la guitarra era un juguete. Un día me ponía con ella igual que otro día me divertía con la pelota", recuerda el tocaor. Fue a los diez años, al reencontrarse con aquel objeto, cuando aquel muchacho descubrió su vocación. "Estaban pintando la casa, creo, y mi padre bajó la guitarra de lo alto de un armario y me la dio. Ni siquiera estaba afinada. Pero me puse a investigar, a buscar melodías, y ya no hubo vuelta atrás", reconstruye el intérprete, que a sus 22 años está considerado como uno de los nuevos valores del flamenco y cuenta con las bendiciones de grandes como Manolo Sanlúcar o Rafael Riqueni. Esta noche, Arahal visita el Palacio de los Marqueses de La Algaba en solitario –con las invitaciones agotadas– para presentar su primer álbum, Mar verde, y el 22 de este mes y el 5 de septiembre participa en las Noches en los jardines del Alcázar junto a otra promesa –del cante–, Manuel de la Tomasa.

David Rodríguez Romero, David de Arahal, pensó en el título de su primer disco, en ese Mar verde, mientras daba un paseo por los alrededores de su pueblo. "Esos caminos llenos de olivos me recuerdan al flamenco. Ese paisaje inmenso, donde se pierde la vista, es como el arte: siempre hay algo por descubrir ahí dentro", comenta. En un principio, el músico se planteó ese trabajo para sí mismo, "para tener una referencia de lo que iba haciendo. Cuando compones ocurre que lo que hoy te parece correcto en otro momento lo modificarías, le aportarías otras cosas. Me metí al estudio para dejar constancia de por dónde me movía", apunta sobre un álbum muy personal que incluye piezas como la seguiriya Las campanas de la Victoria, que grabó en la iglesia del mismo nombre de su localidad. "Las campanas de la Victoria / anunciaban la partía / de mi abuela Matilde, / a la que tanto yo quería", dice el intérprete al comienzo de ese tema. "Intento que la guitarra sea un reflejo de lo que uno va viviendo, experimentando. Me gusta tirar de sentimientos cuando compongo porque así me resulta más fácil interpretar esas obras, si sé de dónde viene lo que toco", explica sobre un disco para el que ha reclutado para las colaboraciones a profesionales de renombre, como Israel Fernández, Miguel Poveda, Sandra Carrasco o Antonio Canales. Suele acompañar a la cantaora onubense, con la que ha grabado unas Sevillanas a Estrella Morente; se ha embarcado de gira con Canales y su espectáculo La guitarra canta. "Esa propuesta es un regalo", agradece. "Nunca olvidaré que me dio la oportunidad de tocar en el Teatro Real".

Arahal consultó con sus maestros si debía publicar su disco o no, porque temía que fuera demasiado joven para lanzar una carta de presentación así al mundo. La respuesta fue unánime: debía compartir su talento con el público. "Yo le tengo mucho respeto a esto", reconoce, "y siempre le doy mucha importancia a la opinión de la gente de la que he aprendido". La lista de padrinos que confían en él, encabezada por Manolo Sanlúcar y Rafael Riqueni, abruma. "Con Manolo coincidí varias veces, en una conferencia y en la proyección de su documental, y no sé por qué motivo me dijo: ‘Habla con esa mujer de ahí, que es mi esposa, que te dé mi teléfono y me llamas’. Cuando estudié Filosofía en el instituto, él me recordó a un maestro griego, porque nunca te da una explicación concreta, una lección, sino que te pide que cojas la guitarra y tras escucharte te hace preguntas que te llevan a pensar", analiza. Por Riqueni, confiesa, siente "adoración". El respeto es mutuo: el veterano ha afirmado que el "futuro de la guitarra" está en las manos de Arahal. "Un día me recogió del conservatorio y me dijo: ‘Vente conmigo que en un paseo con tu maestro vas a aprender más que en una clase’. Y no mentía", evoca.

David de Arahal. David de Arahal.

David de Arahal. / Juan Carlos Muñoz

Sobre el escenario –se pudo ver hace poco en un concierto que dieron en Sanlúcar de Barrameda– se advierte la complicidad que le une a Manuel de la Tomasa, con el que actuará en las próximas semanas en las Noches en los jardines del Alcázar. "Es que nos conocemos desde hace mucho, cuando él todavía no se dedicaba al cante y lo que le interesaba era la guitarra. Quedábamos a menudo y estudiábamos, y un día se puso a cantar y me dejó maravillado. Tocaba bien, pero lo que consigue con la voz está a otro nivel. Somos como hermanos".

Ambos, el cantaor y el guitarrista, formarán parte en septiembre de la programación de la Suma Flamenca de Madrid, la confirmación de la atención que suscitan estos dos intérpretes. Arahal fue también uno de los invitados al Festival de Granada, y su música resonó en un escenario singular, la Huerta de San Vicente. "Pasó algo muy curioso, porque a mí no me gusta repetir el mismo repertorio en un sitio y en otro, y cuando me anunciaron que actuaría en Granada le comenté a Ángel Vera [segunda guitarra] que me gustaría tener un recuerdo para Lorca. Preparé un arreglo nuevo de La Tarara y luego nos enteramos de que el concierto sería en la Huerta de San Vicente. Fue una noche muy especial", cuenta el arahalense, que actualmente está leyendo "cautivado" la original aproximación al poeta granadino que hace Carlos Edmundo de Ory en su libro Lorca, editado por El Paseo.

“Me gusta que la guitarra sea un reflejo de lo que vivo, de lo que siento”, dice el músico

Arahal no ha perdido la ilusión de ese niño que jugaba con la guitarra, pero sabe que dedicarse a la música requiere del rigor y la preparación y sigue formándose en el Conservatorio de Córdoba. "El flamenco viene de la tradición oral, y es parte de su grandeza, no debería perderse nunca", sostiene, "pero es positivo también que se nutra de los conocimientos, que tenga otras aproximaciones. Yo estoy llevando a la música escrita Mar verde y estoy aprendiendo mucho a nivel de estructura, por ejemplo".

El guitarrista ya ha grabado un nuevo tema con la "leyenda del cajón" Ramón Porrina, "que sacaremos cuando pase el verano". ¿Intuye Arahal que sonarán distintos los próximos trabajos? "Sí, yo creo que habrá una evolución", augura, "porque colaborar con gente como Sandra, como Canales o como Manuel me ha influido, me ha cambiado, la misma dinámica de estar frente al público también", concluye antes de admitir que él está abierto a nuevas propuestas. "Si hubiesen sido radicales, extremadamente puristas, hace 50 años, hoy no tendríamos el sonido que tenemos. Hay que tener conocimientos, apoyarte en lo que sabes, pero no hay que tener miedo a la libertad".

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