Femás | Guía del Festival

Una guía heterodoxa del Femás

  • El Festival de Música Antigua de Sevilla abre el próximo viernes su trigesimoséptima edición, en la que se ofrecerá un variado programa con 21 conciertos, un espectáculo teatral con música y un conjunto de conferencias y otras actividades complementarias

Enrike Solinís da la vuelta al mundo con su Euskal Barrokensemble

Enrike Solinís da la vuelta al mundo con su Euskal Barrokensemble / NomadStudio

Si las autoridades no dicen lo contrario, la trigesimoséptima edición del Festival de Música Antigua de Sevilla arranca el próximo fin de semana invocando dos efemérides, el quinto centenario de la primera vuelta al mundo y el cuarto de milenio que ha pasado desde el nacimiento de Beethoven. En sus 22 conciertos (o 21 más un espectáculo teatral con música) se entrecruzan líneas programáticas diversas en las que el habitual peso del Barroco queda esta vez muy compensado por las celebraciones, pues la expedición de Magallanes y Elcano nos lleva al Renacimiento y nos abre a las tradiciones folclóricas y Beethoven nos conduce al siglo XIX. Las 22 citas previstas se han quedado de momento en 21 por la cancelación ayer tarde del concierto de Il Giardino Armonico (era el número cinco, previsto para el martes 17) y peligra seriamente el del otro conjunto italiano (La Cappella Neapolitana; el número quince). Lo que de momento permanece en cartel permitirá la escucha siempre gozosa de algunas célebres obras maestras (Sinfonía 40 de Mozart, Canto del cisne de Schubert, Sonata Appassionata de Beethoven, Ofrenda musical y Misa en si menor de Bach...), pero puede seguirse también prestando atención a lo menos habitual, a lo insólito e incluso a lo extravagante. De ahí, esta guía heterodoxa para disfrutar, a veces por caminos tortuosos, de todas y cada una de las convocatorias de este festival que es el más importante que, en torno a la tradición de la música clásica, tiene lugar cada año en Sevilla.

Uno (Lope de Vega, 13 de marzo. 20:30). Apertura con Mozart y Beethoven en formato orquestal, qué más se puede pedir. Pues esa sonoridad típica de la orquesta clásica, la de Mozart y luego la de Beethoven, a lo mejor habría sido diferente sin compositores como Christian Cannabich, que no, no tiene nada que ver con los psicotrópicos. Fue amigo de Mozart y director de la Orquesta de Mannheim, allí donde se pulió y refinó el sonido del Clasicismo sinfónico. ¿Los crescendi y otros efectos rítmicos y colorísticos que hacían levantarse a los espectadores de sus asientos? Venían de Nápoles, pero fueron los músicos de Mannheim quienes los difundieron y les dieron lustre. Escuche pues con atención la Sinfonía de Cannabich que abre el concierto, disfrute con sus contrastes de texturas, timbres y dinámicas y piense que no hay torre sin cimientos.

La historia ejemplar de Juan Latino la contará con títeres el grupo Claroscuro La historia ejemplar de Juan Latino la contará con títeres el grupo Claroscuro

La historia ejemplar de Juan Latino la contará con títeres el grupo Claroscuro / José Albornoz

Dos (Alameda, 14 de marzo. 18:00). Sitúese en Granada en el siglo XVI. Un joven esclavo negro tan bien instruido que se convierte en profesor de música de una doncella rica y hermosa a la que deja embarazada. ¿Puede imaginar cómo sigue la historia? Es tan insólita y ejemplarizante que le sorprenderá. Un fantástico grupo de títeres se la cuenta con exquisita sensibilidad, claridad narrativa y músicas españolas (¡y africanas!) por supuesto integradas en el espectáculo. Pura heterodoxia para pensar y sentir.

Tres (Turina, 14 de marzo. 20:30). Un tenor célebre, con fama de intelectual, gran conocedor de Schubert, en una sesión liederística con un piano de época. Dos ciclos de canciones entre los más recurrentes del repertorio, tanto que algunos de sus temas son extremadamente populares y se han arreglado de mil formas diferentes. Puede probar a tirar del hilo de la Serenata y a lo mejor se topa con alguna sorpresa.

Eduardo López Banzo. Eduardo López Banzo.

Eduardo López Banzo. / Marco Borgrevve

Cuatro (Turina, 15 de marzo. 20:30). Los archivos hispanoamericanos han preservado infinidad de piezas del patrimonio español perdidas en tierra patria por incendios y catástrofes varias. Los villancicos (que no eran piezas necesariamente navideñas) de Torres e Iribarren que se escucharán aquí han subsistido gracias a eso, y algunas son exuberantes composiciones para doble coro.

Cinco (Turina, 17 de marzo. 20:30). [El concierto del grupo milanés Il Giardino Armonico ha sido cancelado; al cierre de esta edición se desconoce si su actuación será sustituida por la de algún otro conjunto]

Seis (Alcázar, 18 de marzo. 20:30). Las fundaciones portuguesas en la India generaron músicas de ida y vuelta, como las de España con América. No son fáciles las fusiones (no se deje engañar), pero puede haber superposiciones e inventos geniales en unos músicos que son capaces de poner el Veni Sancte Spiritus, el Salve Regina o el Pange lingua en el sitar o la tabla hindúes, y cantarlos divinamente en idiomas y con técnicas extraeuropeas. 

Siete (San Luis, 19 de marzo. 20:30). La Vanitas, tan barroca y tan sevillana, y la Verdad, universalmente despreciada, se conjuran en este concierto en el que piezas inéditas se dan la mano con auténticas obras maestras. Los afectos monteverdianos ("Vanaglóriate de haberme traicionado,/ mientras mi cítara se vuelve llanto", dice un amante despechado) se cruzan con las recias conciencias castellanas ("que la verdad en la corte/ no pasa sino callada") para, entre folías y chaconas delirantes, terminar por darle la palabra a la mismísima Verdad, que deja esta sentencia colosal desde la música de Cazzati: "¡Si ahora me queréis muerta,/ llegará el día que lamentaréis mi muerte!".

Ocho (Turina, 20 de marzo. 20:30). Semper Dowland, semper dolens, la divisa del compositor melancólico por excelencia. La sonoridad dulce y acongojante de un consort de violas, capaz de hacer llorar a una pavana y de acompañar las canciones más tristes, pero también los villancicos más deslumbrantes, con estrellas guiando a magos de poderes asombrosos. Añada las gotas de improvisación ornamental justas y sirva con el ánima en vilo.

Nueve (Turina, 21 de marzo. 20:30). ¿Hay algo que descubrir todavía en las Sonatas para piano de Beethoven? Hace tiempo que es normal escucharlas en réplicas de pianos de principios del siglo XIX, aunque las ocasiones de disfrutar estos instrumentos en vivo son más infrecuentes. Dese el gusto, y valore las mil maneras que tuvo el compositor de trastocar el universo musical heredado de sus grandes maestros. Por ejemplo, escribiendo los cuatro movimientos de la Op.31 nº3 en forma sonata, eludiendo el tiempo lento y haciendo que un minueto siga de forma insólita a un Scherzo. Hasta usando las formas más clásicas imaginables, Beethoven inventó sus propios caminos.

El conjunto La Vaghezza durante una actuación en el Festival de Innsbruck. El conjunto La Vaghezza durante una actuación en el Festival de Innsbruck.

El conjunto La Vaghezza durante una actuación en el Festival de Innsbruck. / D. S.

Diez (San Luis, 22 de marzo. 13:00). Una de las mayores revoluciones de la historia de la música. El nacimiento de la armonía tonal, el triunfo del violín... y los conjuntos instrumentales que empiezan a independizarse de las voces. Paralelamente, el Humanismo está impulsando una revolución de la ciencia cuyas consecuencias serán irreversibles. El dominio de la religión en las sociedades europeas empieza a tambalearse. En este mundo inestable, la experimentación es un valor en alza, y entre canzonas, sonatas, sinfonías y folías, los músicos experimentan, improvisando y compitiendo en virtuosismo y fantasía en un estilo desprejuiciado, espontáneo, libre. 

Once (Alcázar, 22 de marzo. 20:30). Un arpa africana, un laúd persa, un salterio turco, una viola da gamba francesa, instrumentos percutivos de aquí y de allá. Eso que llaman músicas del mundo con sus zarambeques barrocos y hasta sus recercadas. Constantinopla como símbolo de sincretismo e integración. Y la mirada africana, sobre todo, la mirada africana.

Doce (Alcázar, 24 de marzo. 20:30). La mirada española. En los cancioneros del Renacimiento quedaron atrapadas tanto las tradiciones musicales heredadas del universo tardomedieval como las novedades impulsadas por las nuevas formas de la canción y de la danza forjadas en los contactos con Italia y con Flandes. Es difícil imaginar la música que sonaría en las naves de la expedición de Magallanes, pero que hubo música no lo dude. Y que su universo mental era el que se refleja en estas canciones, tampoco.

El cuarteto vocal Cantoría. El cuarteto vocal Cantoría.

El cuarteto vocal Cantoría. / D. S.

Trece (San Luis, 25 de marzo. 20:30). Hay otra forma de acercarse al Renacimiento profano español. En las ensaladas se mezclaban diversas canciones, a veces en lenguas diferentes, con sentencias latinas y onomatopeyas de todo tipo. No debería engañarle el despliegue de imaginación y exuberancia sonoras, porque su fin no era el de la sátira carnavalesca, sino el de la reconvención moralizante. Pero ya sabe que el diablo se filtra a menudo por los detalles. Y que donde mucho moralizan es porque mucho también se peca.

Catorce (Turina, 26 de marzo. 20.30). Si es de los que aún piensa que Bach era una especie de fanático del luteranismo, que componía como quien reza, véalo aquí desde otro punto de vista, como el músico práctico que hacía lo preciso para sobrevivir y sacar adelante a su prole. Véalo como el padre que guiaba a sus hijos por los caminos de la música, componiendo con ellos (esa Sonata BWV 1021 acaso sea un trabajo conjunto con su hijo Emanuel) e inculcándole la ciencia contrapuntística antigua, aun sabedor de que los estilos cambian, y que alguien nacido en 1732, como su hijo Johann Christoph Friedrich, exploraría  terrenos que ni él habría imaginado.

Quince (Turina, 27 de marzo. 20:30). Hemos crecido con la Semana Santa católica, pero con las Pasiones de Bach. Sin embargo el relato evangélico puede soportarse también en otro contexto musical. Aprecie si no estos timbres brillantes y agudos de las pasiones napolitanas, las audacias armónicas, la exuberancia del color.

Dieciséis (San Luis, 28 de marzo. 13:00). Pedro Rabassa fue maestro de capilla de la catedral de Sevilla más de cuarenta años, pero sus primeros empeños profesionales los pasó en Barcelona, donde aduló incluso a la esposa del archiduque Carlos, pretendiente al trono español, en una cantata sorprendente escrita en la lengua vernácula, es decir, el castellano. Es sólo uno de los caminos para penetrar en este programa sin infectarse con el virus nacionalista. Manalt fue un violinista de la Capilla Real madrileña. Valls, sustento de una polémica de orden europeo, como europeos los conciertos y sinfonías clásicos de los músicos belgas. Salga al mundo.

Irene González Roldán. Irene González Roldán.

Irene González Roldán. / D. S.

Diecisiete (Turina, 28 de marzo. 18:00). Bach como colofón en este concierto, porque su música representa una gran síntesis de la creación europea. Sí, otra vez Europa. Con sus suites francesas y sus tocatas en stylus phantasticus, que venía tanto de Italia como del norte de Alemania. Y junto a Bach, su estricto contemporáneo Scarlatti, que estiliza la danza, el color (también y, sobre todo, los de España) en un repertorio singular, único. Pero, usted, buscador de rarezas, hallará incluso algo más insólito en este programa: Geminiani, el italiano emigrado a Londres que decía ser alumno de Corelli y que era capaz de escribir sonatas para violín en estilo francés para después adaptarlas al clave. ¿Necesita otra prueba de que todo ese rollo de la pureza cultural y nacional es un mito?

Dieciocho (Alcázar, 28 de marzo. 20:30). A finales de septiembre de 1521, muerto ya Magallanes, con sólo 108 supervivientes y dos naves, los expedicionarios han llegado a las Molucas, la fuente de las especias. Allí, Juan Sebastián Elcano es nombrado capitán de la nao Victoria. Su vida y su aventura marinera serán glosadas aquí con folclore, danzas cortesanas e imaginación, mucha imaginación. Allí, en las Molucas quizás los expedicionarios escucharan en canciones las mismas penas de amor que ellos cantaban: "Lástima que esté mar allá, / porque iría hasta él caminando./ Estoy tan acostumbrada a verlo/ que si no lo veo enfermo./ Lejos parece cerca,/ pues nuestros corazones están unidos". 

Diecinueve (San Luis, 29 de marzo. 13:00). No consta que en la casa de los Bach hubiera un arpa, pero eso importa poco. Es el ambiente familiar del genio el que se recrea aquí entre danzas estilizadas, preludios e improvisaciones. ¿Qué sería del domicilio de Bach sin música improvisada?

Veinte (Turina, 29 de marzo. 20:30). El contrapunto parece cosa muy seria, en absoluto hecha para improvisar ni para juguetear con él. Pero en realidad, qué es si no esta gloriosa Ofrenda musical, sino juego, fantasioso devaneo salido del puro talento improvisador del músico. Que luego los intérpretes lo respeten al pie de la letra o le sigan el juego haciendo más improvisaciones y planteando más enigmas es cosa de los intérpretes. Explore por sí mismo.

Veintiuno (San Luis, 31 de marzo. 20:30). Un jesuita sevillano en Italia dedicado a traducir a los místicos españoles y que hace música como diletante. Y es tan conocido que hasta puede eludir su nombre en las obras que como músico edita. Todos sabían ya en Brescia o en Bolonia quién era ese Académico Formato. Preste atención a los ritmos, porque desvelan algunas cosas sobre el origen del músico.

Veintidós (Maestranza, 1 de abril. 20:00). "Es posiblemente la más grandiosa obra de arte musical que ha visto el mundo", escribió de ella Zelter a principios del siglo XIX. Pero recuerde: Bach era ante todo un músico práctico, y su monumental Misa en si menor (sí, esa que está escrita sobre todo en re mayor) un ejemplo supremo del arte del collage. Con retales cogidos de aquí y de allá, un hombre fue capaz de ensamblar esta obra emocionante y sobrecogedora. ¿Cabe mayor reivindicación de nuestra estirpe?

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