Monkey Week

El Monkey se despide con una gran fiesta en la plaza Alfonso X

  • Los grupos Pájaro Jack y Tannhauser ganan el circuito Pop Rock Andalucía

El Monkey Week despidió ayer su segunda edición con berza, música y buen tiempo en una fiesta celebrada en uno de los puntos neurálgicos del festival durante el fin de semana, la plaza Alfonso X El Sabio. La muestra internacional de música independiente ha superado con nota un fin de semana difícil, donde planeó la suspensión de los conciertos por el mal tiempo. Con más coordinación que en la primera edición y dejando muy buen sabor de boca en el mundo profesional convocado en El Puerto, los organizadores ya no temen por la continuidad del formato, sino que se plantean cómo innovar en el próximo año. Para la industria de la música, como se pudo ver a lo largo de las mesas redondas, este encuentro es de gran utilidad. Otro de los objetivos del Monkey, dar a conocer a nuevos valores, también ha sido un éxito. En los escenarios paralelos se han podido escuchar muy buenas propuestas que deben materializarse a medio plazo en la contratación de nuevas actuaciones. Es decir, dinamizar el mercado, que es lo que busca el Monkey por encima de ser un festival de puro ocio, al estilo de los bolos veraniegos. Quizá esa haya sido la 'pata' del festival que más ha flaqueado. Los conciertos de la noche en el Monasterio de la Victoria no tuvieron el gancho que hubiera sido deseable, pero, aún así, dejan dos momentos épicos, como fueron las actuaciones de Andrew Bird el sábado y los Buzzcocks en la madrugada de ayer. Sólo por ellos, mereció la pena.

Además, ayer se dieron a conocer los vencedores del Circuito Joven Pop Rock Andalucía, cuya final se ha celebrado a lo largo del Monkey. Han sido Pájaro Jack (Granada) y Tannhäuser (Sevilla), según informó ayer el Instituto Andaluz de la Juventud (IAJ). El año pasado uno de los triunfadores de este certamen fue el grupo de Úbeda Guadalupe Plata, que en esta edición ha actuado en el Monkey encandilando al buen número de personas que se acercó a verlos. Otra prueba de que el Monkey sabe a lo que juega.

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