Gran Premio de España de Motociclismo

La batalla y la guerra

  • Rossi llega líder a Jerez, donde ganó el año pasado, al aliñar su regularidad con los ceros de Viñales y Márquez, sus principales rivales este domingo y en la pelea por el campeonato.

Viñales enseña algo a Pedrosa en su móvil junto a Marc Márquez.

Viñales enseña algo a Pedrosa en su móvil junto a Marc Márquez. / Manuel Aranda

Apasionante se presenta el Gran Premio jerezano, al que llega líder un inesperado Valentino Rossi, en lo alto de la clasificación sin haber ganado ninguna carrera. El italiano no se ha bajado del podio y ha sacado partido de los ceros de sus máximos rivales, que no son otros que el descarado Maverick Viñales, aspirante al cetro nada más llegar a la escudería de Rossi, y Marc Márquez, defensor del título y, como la temporada pasada, a estas alturas de curso más preocupado en domar a la RC213V y en que el big bang no sea el sonido de la explosión del motor.

Después de los aperitivos que han sido los primeros Grandes Premios, tres exóticas carreras en dos continentes, el Mundial empieza en serio con el periplo europeo y Jerez abriendo la puerta del viejo continente. Esto ya va en serio y aquí ya las batallas empiezan a decantar la guerra, que es de lo que se trata. En esta tesitura, Rossi parece haber aprendido de la táctica de Márquez del año pasado, cuando el español fue conservador cuando hizo falta y su regularidad le acabó dando el campeonato mientras en Yamaha Rossi y Lorenzo se perdían en peleas estériles por ver quién era el gallito de un corral, no de toda la granja. Divide et impera que parece haber adoptado el campeonísimo italiano en este arranque de Mundial, en el que se le ve feliz y sonriente contemplando la competencia que se ha abierto entre Viñales y Márquez por ser el mejor español.

Rossi, un maestro en manejarse entre los boxes del Mundial para noquear dentro y fuera de la pista a sus rivales -Biaggi, Sete y una larga ristra de muescas en el carenado de su revólver-, no logró que Lorenzo se peleara con Márquez -¿Recuerdan Valencia 2015?- y ahora espera sacar rédito de la irrupción de Viñales si es capaz de controlar a su compañero de equipo y lanzarlo contra Marc Márquez, su verdadero enemigo. Claro que para eso el actual campeón debería perder los nervios, algo que ya demostró el curso pasado tener controlado al ser capaz de aceptar no pelear por la victoria en determinadas carreras pensando en el campeonato, y el título le dio la razón.

Tal que así arriba Rossi a Jerez, una de sus pistas talismán y en la que ganó el pasado año, sumando su séptima victoria en la categoría reina y novena en total. La décima es su objetivo y no es descartable porque Jerez es Yamaha trackatrá:en los 15 años de MotoGP en el trazado de la carretera de Arcos, ocho victorias para la marca de los diapasones, seis para Honda y una para Ducati.Además, Yamaha ha hecho los deberes y presenta una moto fiable, como han demostrado Viñales -ganador en Qatar y Argentina- y el propio Rossi, y en Jerez no hay más secretos que mantenerse en la trazada y, sin rectas largas en las que explotar la velocidad punta, aprovechar el paso por curva para martillear vuelta a vuelta a los rivales. La incógnita el domingo es si las Honda estarán a la altura:sin haber probado el pasado martes en Le Mans, la adaptación a los Michelin va a ser clave en una moto poco menos que ingobernable al principio y que Márquez y Pedrosa van domando poco a poco, como se vio en el rodeo de Austin y como ya pasó en 2016.

¿Pero será suficiente para ganar este fin de semana en Jerez? Complicado sin rectas y con muchas curvas entrelazadas y frenadas bruscas claves, como en la curva Jorge Lorenzo, en la que se deciden las carreras igualadas, porque el problema de la Honda es la aceleración a la salida de la curva, y siendo esta cerrada... Pedrosa y sobre todo Márquez, que ya saben lo que es ganar el Gran Premio de España, tienen la última palabra. Jerez es una batalla preciosa pero lo que importa es ganar la guerra...

Y hablando de Lorenzo, las expectativas de Ducati no son nada halagüeñas en Jerez porque el Circuito castiga mucho a la Desmosedici sin rectas largas en las que explotar la velocidad punta. Además, el arranque de la marca italiana ha sido decepcionante, y no solo por Lorenzo, con problemas en los clasificatorios:el equipo oficial llega en la clasificación general por detrás del Monster Tech 3, un satélite de Yamaha en el que está brillando con luz propia Johann Zarco.

A la pelea por el podio, si falla alguno de los favoritos, aspira Álvaro Bautista, otro componente de la Armada, porque a Héctor Barberá aún le falta y los Espargaró andan peleándose con sus nuevas motos, Aleix con la Aprilia y Pol con la novata KTM.

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