Para favorecer el bienestar de los animales, Volvo ha tomado la determinación de no utilizar cuero en el tapizado de algunos de sus coches. La decisión responde también a la preocupación de la firma por el impacto que la ganadería supone sobre el medio ambiente, entre otras causas, por la deforestación. Se calcula que el ganado aporta un 14 por ciento de las emisiones de gases de efecto invernadero y, la mayor parte de esa incidencia, se debe al vacuno.

Los modelos que inicialmente empezarán a dejar de usar cuero serán sus eléctricos, empezando por el C40 Recharge. A partir de este momento, ninguno de sus futuros modelos eléctricos al ciento por ciento -que serán la totalidad de los coches de la marca en 2030- utilizará este tipo de materiales.

Para poder satisfacer, sin embargo, las necesidades de materiales de alta calidad se está investigando en otros de origen sostenible. De hecho, Volvo espera que en 2025 la cuarta parte de los materiales de sus nuevos coches sean reciclados y de origen biológico, como paso para ser una empresa completamente circular antes de 2040. Asimismo, contempla que sus proveedores utilicen ese mismo año sólo energía procedente de fuentes renovables.

Muchos fabricantes ya apuestan por tejidos procedentes del reciclado de botellas de agua, por ejemplo.

Un ejemplo de esos nuevos materiales es el Nórdico, fabricado a partir de materiales reciclados (botellas PET, materiales procedentes de los bosques, corcho, etc) destinado a ofrecer un nuevo estándar en el diseño interior premium. También seguirá ofreciendo tejidos con mezcla de lana procedente de proveedores homologados que obtengan sus materiales responsablemente, ya que Volvo busca garantizar la trazabilidad y evitar el sufrimiento de los animales en toda la cadena de suministro.

Las fibras de origen natural puede sustituir en muchos casos a productos derivados del petróleo.

Skoda, que ya emplea extracto de hoja de olivo para tratar el curtido del cuero del Enyaq iV como reemplazo de sustancias químicas o emplea en el acabado Lodge tapicerías con un 30 por ciento de lana certificada por Woolmark  y un 70 por ciento de reciclado de PET, también ha iniciado la investigación con nuevos materiales de origen biológico. Así, por ejemplo, se está empleando un proceso especial para utilizar pulpa de remolacha; mientras que otro material está basado en la planta de la caña miscanthus, una herbácea conocida como miscantus o eulalia. Y no descarta en el futuro usar fibra de coco o cáscara de arroz.

En los Skoda Enyaq iV el extracto de olivo sustituye a productos químicos para el tratamiento del cuero.

El teñido de la pulpa de la remolacha azucarera da pie a crear todo tipo de diseños, mientras que las fibras del miscantus se pueden usar para el revestimiento de las puertas, por ejemplo. Los residuos orgánicos de la producción constituyen una materia prima ecológica en tanto que pueden ser procesados sin recursos adicionales.

El PET es el principal material utilizado en las fundas de estos asientos del A3.

Otro ejemplo es el que aporta Audi en los A3: emplea el material extraído de 45 botellas de plástico para crear la tapicería de los asientos, mientras que otros 62 acaban convirtiéndose en su moqueta. En los recise recurre a fibra de nylon procedente al 100 por ciento de los residuos de producción, restos de telas o redes de pesca para producir el Econyl que se usa para la moqueta y las alfombrillas.