Seguridad vial

La vuelta al cole en coche: diez consejos para que todos viajemos más seguros

  • Con la incertidumbre que supone el COVID-19 arranca la vuelta al colegio, con niños de aquí para allá y, muchos padres, llevándolos en sus coches. Pero, ¿sabes cómo trasladar a tus hijos en tu coche y hacerlo con seguridad? ¿conoces que precauciones debes adoptar en el entorno escolar?

Diez consejos para que todos viajemos más seguros

Diez consejos para que todos viajemos más seguros

No pocos padres afrontarán la vuelta al cole de este año con la preocupación extra que supone la pandemia del COVID-19. Incluso es probable que sean muchos los que, si las circunstancias lo permiten, prefieran trasladar a los niños en sus propios automóviles antes que los pequeños tengan que afrontar el traslado en medios de transporte públicos ante el riesgo de infección.

Sin embargo, ¿sabrías como afrontar esos desplazamientos con seguridad? Aquí tienes diez consejos para que ese viaje diario sea seguro para ti y tus hijos.

  1. En caso de que el desplazamiento sea muy corto, quizá el coche no sea la solución más idónea. Valora la posibilidad de hacerlo a pie o en bicicleta como alternativas al vehículo particular -incluso plantéalo como una forma de hacer algo de ejercicio-, aunque eso suponga tener que disponer de unos minutos más para realizar el trayecto. Si elegimos esta opción, los niños debería caminar por la parte interna de la acera, lo más alejados posibles de la calzada. Y ojo con las salidas y entradas de garaje.
  2. Aunque el trayecto sea corto, los niños siempre deben viajar en con el cinturón puesto y, si su estatura lo exige, en las sillas infantiles correspondientes. Lleva tiempo acomodarlos y fijarlos, pero estos sistemas de retención evitan el 75 por ciento de las muertes por accidente y el 90 por ciento de las posibles lesiones. Que los niños viajen sin sujeción no es una opción bajo ninguna circunstancia y sólo cuando el coche está estacionado deben liberarse de ellas.
    Para cada niño debe utilizarse el sistema de retención que le corresponde. Incluso en los trayectos muy cortos. Para cada niño debe utilizarse el sistema de retención que le corresponde. Incluso en los trayectos muy cortos.

    Para cada niño debe utilizarse el sistema de retención que le corresponde. Incluso en los trayectos muy cortos.

  3. Conduce sin prisas y con paciencia. Es probable que la llegada al centro escolar se origine, puesto que los niños tienen horarios de entrada coincidentes, así que no sería mala idea prever un poco más de tiempo, saliendo unos minutos antes de lo habitual, para evitar esa circunstancia. Y si no es posible, más paciencia.
  4. Viajar en el coche cada día hacia el colegio puede ser más agradable si se hace con la música preferida del niño. También esos desplazamientos pueden ser una buena oportunidad para interaccionar con ellos cantando o charlando, en definitiva, disfrutando de tus hijos.
  5. A medida que nos acercamos a las zonas escolares se incrementan los riesgos y la exigencia de atención del conductor también debe aumentar. Puede darse el caso de niños o adultos que surgen en la calzada por sorpresa, incluso donde no hay pasos de peatones, y si a eso le sumamos el riesgo que supone la acumulación de coches en segunda fila o hasta sobre las aceras, entorpeciendo la posibilidad de ver a quienes se mueven por ellas, se hace evidente la necesidad de extremar la cautela. Especialmente críticos son los días lluviosos, en los que aumentan las prisas y los nervios, en tanto que la visibilidad disminuye.
  6. Es tu responsabilidad evitar invadir la acera al estacionar o aparcar en segunda fila. Hacerlo unos metros más allá de la misma puerta del colegio, si lo piensas, no va a suponer un gran inconveniente y hará no sólo que el tráfico sea más fluido, sino que se incremente la seguridad de todos los que quienes, ya sea en coche, otros medios de transporte o a pie, transitan por la zona.
    La segunda fila no sólo incomoda e invade el espacio por el que circulan los vehículos, sino que es un riesgo para la seguridad. La segunda fila no sólo incomoda e invade el espacio por el que circulan los vehículos, sino que es un riesgo para la seguridad.

    La segunda fila no sólo incomoda e invade el espacio por el que circulan los vehículos, sino que es un riesgo para la seguridad.

  7. En tiempos de COVID-19 no deben faltar mascarillas para los despistados y gel hidroalcoholico en el vehículo, de modo que los niños lo utilicen al entrar o salir de él.  Sólo si todos los pasajeros conviven juntos es posible hacer el desplazamiento sin usar mascarilla. También estarán exentos de utilizarla los menores de seis años, aunque vivan en otro domicilio. Al quitársela, sería necesario que cada uno fuese capaz de identificar la suya, guardándola de manera adecuada y tocándola lo menos posible. Recuerda que hay que ponérsela antes de abandonar el vehículo.
  8. El viaje no termina cuando el coche se detiene. Los niños deben descender de él ordenadamente u por las puertas del lado de la acera. Es tu responsabilidad evitar que bajen del vehículo sin tu supervisión para, de este modo, evitar atropellos. En el caso de los adultos -los niños en ningún caso deberían abrir por si mismos las puertas- es una buena formula abrir a la holandesa, es decir, empleando para abrir la puerta la mano del lado contrario a donde está la puerta -en el caso del conductor, usando la mano derecha para usar el tirador-, pues de ese modo nos obligamos a girar el cuerpo y mirar por encima del hombro, viendo si se aproximan vehículos hacia nuestra posición.
    Abrir con la mano contraria facilita en mayor medida ver si algún vehículo se aproxima a nuestra posición. Abrir con la mano contraria facilita en mayor medida ver si algún vehículo se aproxima a nuestra posición.

    Abrir con la mano contraria facilita en mayor medida ver si algún vehículo se aproxima a nuestra posición.

  9. Si los niños llevan mochilas u otros objetos como patinetes, etc, deben ir en el maletero, nunca en el habitáculo, pues incluso puede ser peligroso situarlos en el suelo del coche. Piensa que si se produce un brusco frenazo o una colisión esos objetos, por ligeros que sean, multiplican su peso y pueden provocar lesiones a los ocupantes al impactar contra ellos.
  10. Los objetos que viajan en el maletero, además, no dificultan la visión respecto a los que se sitúan, por ejemplo, en la bandeja trasera donde, además de no tener sujeción alguna con el consiguiente riesgo, impiden disponer de control sobre lo que ocurre tras el coche. Parece obvio, pero los cristales limpios permiten ver mejor todo lo que ocurre a nuestro alrededor; del mismo modo que hay que evitar objetos colgantes en el retrovisor o teléfonos en soportes que reducen la visibilidad.

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