Mundiales en el recuerdo

1962, Yashin encaja el único gol de córner

El Mundial volvía a América, y únicamente Brasil, que revalidó su título del 58 a pesar de que Pelé, lesionado, sólo pudo jugar los dos primeros partidos, respondió entre las selecciones con más tradición y mejor historial. Las bicampeonas Uruguay e Italia reaparecieron, pero cayeron en la primera fase, lo mismo que Argentina, y Alemania e Inglaterra, como la URSS campeona de Europa, no pasaron de cuartos. Fue el Mundial de selecciones emergentes como Checoslovaquia, finalista guiada por un Josef Masopust que ese año sería Balón de Oro, Yugoslavia y la anfitriona Chile, cuyo tercer puesto es su mejor clasificación de siempre en un Mundial.

En cuanto a la bicampeona, que llegó con nueve titulares que ya lo habían sido en la final del 58 -los otros dos, Mauro y Zózimo, estaban entre los suplentes en Suecia-, fue el Mundial de Mané Garrincha, que cogió el testigo de Pelé bien secundado por Vavá y el joven Amarildo, pero también el de Nilton Santos, que ya estaba en el plantel del Maracanazo y que a los 37 años no pudo cerrar de mejor forma, con un segundo título consecutivo, su larga carrera internacional.

También fue protagonista Lev Yashin, pero no porque su selección llegara lejos en el campeonato, sino porque fue precisamente él, una leyenda del fútbol de la URSS, el que encajó el único gol de córner directo que se ha marcado en un Campeonato del Mundo.

Conocido como la Araña Negra, Yashin ya contaba entonces con 32 años y llevaba desde el 47, tres lustros, defendiendo la portería del Dinamo de Moscú, en el que se retiraría en 1971. Único portero que ha sido Balón de Oro, el guardameta moscovita fue el estandarte de la época dorada del fútbol entonces soviético, campeón olímpico en el 56, de Europa en el 60 y finalista europeo en el 64, amén de estar en el grupo de los mejores en cuatro Mundiales consecutivos, los cuatro a los que acudió Yashin por más que en México 70 no disputara ni un minuto.

Es anecdótico, pero en su debe queda ese gol de córner que el capitán colombiano Marcos Coll le marcó cuando su selección perdía 4-1 y faltaban poco más de 20 minutos para el final. Una anécdota dentro de una larga carrera y también porque el gol careció de trascendencia. La selección cafetera acabó empatando (4-4), pero la URSS sería igualmente primera de grupo, abocada a un cruce con Chile que la dejaría fuera, y Colombia se despidió de su debut mundialista colista del grupo con ese único punto.

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