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El irritante 'show' de Neymar

  • El comportamiento de la estrella de la 'canarinha' en los primeros compases del Mundial desespera a aficionados y adversarios

  • Tras ganar a Costa Rica, el delantero rompió a llorar

Neymar se queja al árbitro tras la entrada de un adversario en el encuentro del pasado domingo en Rostov del Don.

Neymar se queja al árbitro tras la entrada de un adversario en el encuentro del pasado domingo en Rostov del Don. / ETIENNE LAURENT / efe

El espectáculo de Neymar en el Mundial no está dejando indiferente a nadie. Pendiente de mostrar aún su enorme calidad jugando al fútbol, el crack brasileño da que hablar por otras cosas en Rusia: su estrafalario espagueti-look, el constante drama de sus lesiones, sus fintas, sus eventuales simulaciones y, por supuesto, sus lágrimas en el campo.

El pasado viernes, el árbitro acababa de pitar el final del partido en el que Brasil derrotó (2-0) a la modesta Costa Rica en San Petersburgo, cuando Neymar se tapó la cara y se postró en el césped. Llanto desconsolado.

No había ganado el Mundial, ni jugado el partido de su vida, ni siquiera había sido decisivo para una victoria que se le resistió a la verdeamarela hasta los minutos del descuento. Al igual que en el estreno de Brasil en el torneo, ante Suiza, fue Philippe Coutinho quien deshizo la igualada. El show, no obstante, corrió por cuenta del número 10. Neymar no logró desequilibrar durante todo el partido y falló varias ocasiones de gol. Frustrado por las férreas marcas costarricenses, insultó varias veces a jugadores rivales e incluso a alguno de sus compañeros. Ya en el segundo tiempo, se llevó una tarjeta amarilla por tirar un pelotazo. Además, fingió un penalti que el árbitro anuló ayudándose del VAR.

Después de que Coutinho marcase el vital primer gol en el minuto 91, el atacante del PSG se permitió un lujo innecesario de levantar la pelota por encima de un rival cercano al saque de esquina, cuando la sensación reinante entre la hinchada brasileña no era de fiesta, sino de alivio.

Poco después marcó su primer gol en el torneo, en el último suspiro del encuentro, solo ante la portería y con la resistencia tica ya vencida. Segundos más tarde brotaron en él las lágrimas.

"No todos saben lo que pasé para llegar hasta aquí", escribió Neymar luego en las redes sociales, tras haber esquivado a los medios la zona mixta de prensa en la San Petersburgo Arena.

"Hablar pueden hasta los papagayos, pero hacer... ¡pocos hacen!", explotó. "En mi vida las cosas nunca fueron fáciles, ¡ahora tampoco lo serán!", continuó.

A pesar de la victoria, el espectáculo de Neymar no gustó a muchos de sus compatriotas. "No jugó a nada, mucho caerse y caerse. Fue individualista", resumió un aficionado en Twitter. "Coutinho, toma prestada la camiseta 10 de Neymar y nunca más la devuelvas", se atrevió a proponer otro.

"Protegido por el grupo, Neymar vuelve a adoptar la postura de contra todo y contra todos", concluyó el diario deportivo Lance!, recordando la actitud que tuvo el jugador durante los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro en 2016, saldados al final con éxito para el cuadro sub 23, que ganó su primer oro olímpico con él a la cabeza.

Desde hace tiempo, la sensación en Brasil es que su jugador franquicia necesita madurar mucho más a sus 26 años para llevar a la selección al ansiado hexacampeonato. Para muchos, es esa falta de sabiduría lo que lo diferencia del portugués Cristiano Ronaldo o el argentino Lionel Messi.

Sólo sus compañeros lo protegieron tras el encuentro disputado en Rostov del Don. "Creo que necesitaba descargarse, se quitó un gran peso de las espaldas", analizó el defensor Thiago Silva, que se llevó en San Petersburgo varios insultos de Neymar por devolverle una pelota a los costarricenses para cumplir con el fair play.

También el seleccionador, Tite, lo defendió. "Neymar es un ser humano, no una máquina", dijo el veterano técnico, que pidió comprensión recordando que el futbolista del PSG estuvo casi tres meses en el dique seco, tras ser operado del quinto metatarso del pie derecho.

Neymar volvió a los terrenos de juego poco antes del Mundial. Brilló en algún partido amistoso, pero en sus primeros días en Rusia, lo que más llamó la atención en él fue una cresta de rizos amarillos de la que sus compatriotas se burlaron, comparándola con una ración de espaguetis. También sorprendió la vehemencia con la que protestaba las faltas de los rivales.

Después del partido con Suiza, se quejó de dolores en un tobillo e incluso dejó de entrenar, una ausencia que muchos en la concentración brasileña en Sochi entendieron como otra de sus fintas.

De regreso en su base habitual, a orillas del Mar Negro, Brasil ya prepara el partido del próximo miércoles ante Serbia. Pero el show de Neymar sigue protagonizando la mayoría de las conversaciones.

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