Cumbre de la otan

Afganistán y las aspiraciones de Ucrania y Georgia centran la cumbre de la OTAN

  • Bush felicita a Zapatero por su victoria en las últimas elecciones en su primer intercambio de saludos.

La Cumbre de la OTAN se inició este miércoles en Bucarest, con una cena como acto de apertura y con el envío de tropas de Afganistán y las aspiraciones de ingreso a la Alianza de diversos países, entre ellos Ucrania y Georgia, como puntos destacados en la agenda. La anécdota de la primera jornada residió en el esperado encuentro entre el presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, y su homólogo estadounidense, George W. Bush, de quien el recién reelegido en las urnas recibió la felicitación precisamente por los últimos resultados electorales.

El presidente rumano, Traian Basescu, ejerció de anfitrión en una cena en la residencia gubernamental, apertura de la esperada cumbre. A las instalaciones fueron llegando puntualmente los jefes de Estado y Gobierno invitados, entre ellos Zapatero. A su llegada, el jefe del Ejecutivo español saludó a su homólogo y al secretario general de la OTAN, Jaap de Hoop Scheffer, antes de trasladarse al salón escenario del convite una vez hecha la foto de familia.

En Bucarest, los miembros de la OTAN discutirán sobre distintos temas, entre los cuales figuran el futuro de la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad en Afganistán (ISAF). En este sentido, coincidieron el presidente estadounidense, George W. Bush, como el secretario general de la Alianza, que apeló a la "solidaridad política" para que los países eliminen o reduzcan las limitaciones en el uso de la fuerza y la movilidad que imponen a sus contingentes. Hoop Cheffer recalcó que los líderes políticos son aquellos que "demuestran que lideran" en cualquier situación, también cuándo se enfrentan a una opinión pública crítica.

El propio presidente afgano, Hamid Karzai, uno de los principales protagonistas de esta cumbre, dejó claro que su país precisa tanto de ayuda militar como civil, llamada a la que responderá Francia y que España prefiere aplazar por el momento.

Otro de los puntos destacados del foro es la ampliación de la propia Alianza, con un consenso amplio para aceptar el ingreso de Albania y Croacia y con algunas dificultades para hacer lo mismo con Macedonia, aunque Hoop Scheffer se mostró partidario. En este punto, el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores griego, Giorgios Koumoutsakos, advirtió de que mientras persista la disputa con la Antigua República Yugoslava de Macedonia por la pretensión de ésta de ingresar en la OTAN con el nombre de Macedonia, "Grecia no podrá dar su consentimiento" a la invitación formal a la entrada de este país.

La Alianza estudiará además las posibilidades de ingreso de Ucrania y Georgia, apoyadas por Estados Unidos pero con el rechazo frontal de Rusia. Además, estados como Francia, Alemania y España optan por esperar y no tensar las relaciones aliadas con Moscú. En este sentido, el ministro de Exteriores ruso, Sergei Lavrov, aseguró que su país dará "una respuesta pragmática" en caso de que la Alianza Atlántica decida finalmente abrir sus puertas Ucrania. "Esto no se quedará sin respuesta, pero responderemos de manera pragmática, no como los escolares que cuando les hacen daño se van de su clase pegando un portazo para llorar en un lugar solitario", aseveró Lavrov.

Por su parte, Bush volvió a defender los ingresos de Ucrania y Georgia en un discurso pronunciado por la mañana. Recordando que "la Guerra Fría ha terminado", el inquilino de la Casa Blanca instó a su homólogo de Moscú, Vladimir Putin, invitado a la cumbre, a aceptar el plan norteamericano de un escudo antimisiles en Europa central.

Cumbres de esta índole no sólo suponen un punto de encuentro en los horarios, reuniones y discursos previamente fijados, sino que una clara muestra de la situación internacional se cuece entre bambalinas. Zapatero acudió a Bucarest sin ninguna reunión formal marcada con algunos de los dirigentes allí presentes, si bien desde el Gobierno se deja abierta la posibilidad a encuentros informales.

De hecho, los primeros intercambios de impresiones ya pudieron verse en los momentos preliminares a la cena a puerta cerrada, cuando el presidente español conversó distendidamente con su homóloga alemana, Angela Merkel, y el francés, Nicolas Sarkozy. En cambio, con Bush, de quien todavía colea su "¿qué tal, amigo?" precisamente en otra cumbre de la OTAN en febrero de 2005, a la vista de todos, Zapatero sólo recibió una felicitación por la última victoria socialista en las elecciones.

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