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Annan afirma al Consejo de Seguridad que "no hay señales de paz" de Siria

  • El enviado especial asegura que hay que esperar a que mañana venza el plazo dado para el cese del fuego · El diplomático confirma que el Ejército del régimen se retira de algunos lugares pero se desplaza a otros

El enviado especial para Siria de la ONU y la Liga Árabe, Kofi Annan, reiteró ayer la vigencia de su plan de paz, que prevé un alto el fuego a partir de mañana y que sigue contando con el apoyo de Turquía, pese a la creciente tensión en la frontera con el país árabe, pero comunicó por carta al Consejo de Seguridad que Siria "todavía no ha enviado señales de paz".

"Es demasiado pronto para decir que el plan ha fallado: tenemos hasta las 06:00 del 12 de abril para hacer callar las armas", aseguró Annan en la ciudad de Hatay (en el extremo sur de Turquía), pero admitió que el plan "no se ha implementado según lo previsto". Según Annan, el "Ejército sirio se retira de algunos lugares pero se desplaza a otros" en los cuales no había operado antes.

Por su parte, el viceprimer ministro turco, Besir Atalay, reiteró el apoyo de Ankara al plan de Annan, al tiempo que expresó su esperanza de que el presidente sirio, Bashar al Asad, cumpla su compromiso de aplicar un alto el fuego hasta el jueves.

En todo caso, añadió que en el caso de que Siria no colabore, "será responsabilidad del Consejo de Seguridad de la ONU tomar las medidas necesarias".

Mientras, el ministro de Exteriores sirio, Walid Mualim, acusó en Moscú a Turquía de proveer de armas a los rebeldes y permitir sus incursiones en Siria, motivo por el que Damasco no podría cumplir con su parte del plan de paz.

La tensión sube, pero todo indica que ambas partes mantendrán un incómodo equilibro al menos hasta mañana, aunque el ministro de Exteriores turco, Ahmet Davutoglu, interrumpió ayer su viaje a China, donde acompañaba al primer ministro Recep Tayyip Erdogan, y volvió a Turquía para interesarse por los incidentes de la frontera.

Annan, mientras tanto, viajó a Irán para hacer un último esfuerzo y recabar apoyos a su misión de mediador, con la esperanza de cumplir el plazo del alto el fuego y convencido de que su plan recibe también el respaldo de China, según adelantó ayer.

La oposición política a Al Asad, representada por el Consejo Nacional Sirio (CNS), también mantiene su apoyo al plan de Annan, según expresó ayer el presidente de este organismo, Burhan Ghaliun. Eso sí, el valor de esta declaración es incierta, ya que pese a mantener una fluida coordinación, el CNS no controla realmente a las guerrillas agrupadas bajo el nombre del Ejército Sirio Libre.

En las filas de los activistas y milicianos, muchos creen desde hace tiempo que sólo las armas pueden derrocar a Al Asad.

No obstante, el ministro de Exteriores sirio, Walid al Mualem, afirmó ayer que su Gobierno comenzó a retirar tropas de algunas provincias del país. "Ya hemos retirado ciertas unidades militares de algunas provincias sirias", señaló Mualem en una rueda de prensa conjunta en Moscú con su homólogo ruso, Sergei Lavrov.

Ese repliegue parcial de las Fuerzas Armadas del régimen afectaría también a la ciudad de Homs, bastión opositor en el país árabe y escenario de cruentos combates desde hace meses.

Durante las consultas, Mualem informó a su colega ruso de que "una parte de las fuerzas gubernamentales había sido retirada de Homs y trasladada a su habitual lugar de emplazamiento", y se quejó de que este proceso esté acompañado de un "constante incremento de la actividad de grupos armados" en distintas regiones del país.

Mientras Mualem hacía estas declaraciones, opositores sirios negaban que el régimen estuviese retirando sus tropas y sostenían que lo único que ha hecho ha sido cambiar de lugar sus carros de combate en algunas ciudades.

Sobre el terreno, al menos 52 personas, de ellas 28 civiles, murieron ayer en Siria, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos.

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