El Ministerio israelí del Interior ha puesto en marcha una ley que permitirá a las autoridades policiales y de seguridad arrestar durante tres años a cualquier persona que entre en el país de forma ilegal, y a entre 5 y 15 años a cualquiera que les ayude o cobije.

La ley, aprobada hace unos años para frenar la entrada de palestinos pero que ayer se extendió a cualquier inmigrante, coincide con una dura polémica por las declaraciones racistas de algunos ministros hacia refugiados del África subsahariana que se han radicado en Israel.

El diario israelí Haaretz informó ayer de que, por primera vez, estos inmigrantes, que ascienden a unos 60.000 en todo el país, podrían ser enviados a prisión sin juicio alguno y sin la opción de acogerse a la repatriación o expulsión.

Otra polémica gira sobre los submarinos de fabricación alemana suministrados en los últimos años a Israel, que están equipados con cabezas nucleares según el semanario Der Spiegel.

De acuerdo con ese medio germano, los hasta ahora tres submarinos que han sido entregados a Israel -a los que hasta el año 2017 se sumarán otros tres- disponen de un nuevo sistema hidráulico que permite accionar esas cabezas nucleares.