El secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, intentaba este viernes en Nairobi presionar a los dirigentes kenianos para que saquen a Kenia de una crisis que continúa ensangrentando el oeste del país, donde unas 50 casas fueron quemadas durante la noche.
Tras varias tentativas de mediación internacional fallidas, Ban Ki-moon llegó el viernes a Nairobi para intentar encontrar una solución a la grave crisis en que Kenia está sumida desde la reelección el 27 de diciembre del presidente Mwai Kibaki, impugnada por el líder opositor Raila Odinga.
En la mañana del viernes Ban se reunió en un hotel de la ciudad con Odinga y con su predecesor en la ONU, Kofi Annan, al que la Unión Africana (UA) nombró como mediador en la crisis.
"Mi mensaje al gobierno y al pueblo de Kenia es que hay que poner fin a esta violencia y resolver todas estas cuestiones (...) a través del diálogo de forma pacífica", afirmó Ban en una declaración a la prensa en presencia de representantes del gobierno y la oposición kenianos.
Ban Ki-moon llegó a Nairobi procedente de Addis Abeba, donde el jueves había participado en la apertura de una cumbre de la UA dedicada en gran medida a la crisis en Kenia, uno de los países de Africa considerados más estables hasta hace poco más de un mes.
En Etiopía, el secretario general de la ONU se había reunido con Kibaki, que participaba en la cumbre en calidad de jefe de Estado.
Los líderes kenianos "tienen una responsabilidad especial de resolver la crisis pacíficamente", había afirmado Ban en Addis Abeba.
La ola de violencia desatada a raíz de las acusaciones de fraude electoral lanzadas por Odinga contra Kibaki tomó después un cariz interétnico y dejó en poco más de un mes unos mil muertos y más de 250.000 desplazados.
Por su parte, las conversaciones entre los representantes de Kibaki y Odinga se reanudaron en la mañana del viernes después de haberse visto interrumpidas el jueves tras el asesinato de un diputado de la oposición.
"La llegada del secretario general de la ONU, el llamamiento de Francia a discutir sobre la crisis keniana en el Consejo de Seguridad y la preocupación expresada en la cumbre de la UA se suman al excelente inicio de la mediación de Kofi Annan y dan a los kenianos esperanza de que se pueda restaurar la seguridad dentro de unos días", declaró a la AFP Salim Lone, portavoz del Movimiento Democrático Naranja (ODM) de Odinga.
Los contactos habían sido suspendidos el jueves tras el asesinato de un diputado de la oposición, David Kimutai Too, en el oeste del país.
Según Odinga, este asesinato, el segundo de un diputado del ODM en pocos días y presentado por la policía como "un crimen pasional", forma parte de un "complot" para debilitar a su partido en el parlamento.
Mientras tanto, la situación continuaba siendo muy tensa en el oeste de Kenia, donde la muerte de Kimutai Too había desatado la víspera nuevos actos de violencia en varias ciudades.
Un total de 56 casas fueron quemadas cerca de la localidad de Kisii (220 km al oeste de Nairobi), donde la policía estableció patrullas para prevenir operaciones de represalia, informó a la AFP el jefe de la policía de la provincia, Anthony Kibuchi, contactado por teléfono desde la capital.
Miembros de las etnias kalenjin y kisii se enfrentan desde hace dos semanas en esa región.
Tras la muerte de los dos diputados de la ODM, varios diarios kenianos pidieron el viernes al gobierno que garantice la protección de los legisladores elegidos en las elecciones del 27 de diciembre.
"Nunca cesaremos de decirle al gobierno que la seguridad de los diputados, y de todos los kenianos, debe recibir mayor atención que actualmente", afirmaba el editorial del diario Standard.
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