Tras la pérdida de votos del partido de Silvio Berlusconi en las elecciones europeas, el primer ministro italiano ha echado la culpa de esta situación a la venta de Kaká al Real Madrid, por un lado, y a su mujer, Verónica Lario, por el otro. Ésta anunció el divorcio justo cuando estaba a punto de empezar la campaña electoral.

El partido de Berlusconi, el Pueblo de la Libertad (PDL), no sólo no se hizo con la cuota ideal del 40-45% sino que, quedándose en poco más del 35%, perdió dos puntos con respecto a los resultados de las generales del año pasado.

Ante estos datos, según publicó ayer el diario Corriere della Sera, Il Cavaliere explicó a sus hombres de confianza que entre las causas que podrían estar detrás de esta pérdida de votos figuraría la abstención y la falta de unidad demostrada por su formación en la isla de Sicilia, uno de sus bastiones.

Pero, sobre todo, según Berlusconi, tuvieron la culpa el caso Noemí, la joven napolitana cuyas relaciones poco claras con el primer ministro impulsaron a Lario a pedir el divorcio. E incluso también señala la venta de Kaká por parte del Milan al Real Madrid, lo que habría hecho montar en cólera a miles de electores milanistas. "En Sicilia hemos perdido más de 800.000 votos por culpa de los nuestros, que se pusieron a discutir; el resto me lo ha hecho perder mi mujer", habría dicho Berlusconi.

Por otro lado, el primer ministro dio ayer marcha atrás en su postura sobre el referéndum del próximo 21 de junio para la reforma de la ley electoral, que ahora no considera oportuno, informó la Presidencia del Gobierno en una nota de prensa.

"No parece en estos momentos oportuno el apoyo directo al referéndum del 21" de junio, dice en el comunicado el primer ministro, principal promotor de la reforma electoral para que se premie a la lista más votada, lo que reduciría la atomización tradicional en las cámaras y facilitaría el bipartidismo en Italia.

Fuentes del Gobierno italiano precisaron que el referéndum se celebrará como estaba previsto y que esta comunicación oficial no implica que Berlusconi vaya a votar finalmente en contra de la consulta.