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Bruselas defiende los pagos a ex comisarios y su "estricto" código ético

  • Un ex comisario tiene derecho a recibir durante tres años una compensación mínima de 96.000 euros anuales.

La Comisión Europea (CE) ha defendido las reglas que permiten a los antiguos comisarios seguir cobrando parte de su sueldo durante los tres años siguientes a dejar su puesto y el "estricto" código ético diseñado para evitar posibles conflictos de intereses.

El Ejecutivo comunitario ha insistido en que se limita a aplicar las reglas fijadas por los Estados miembros en cuanto a la remuneración de los comisarios, tras la polémica creada a raíz de una información del diario Financial Times Deutschland sobre los beneficios que disfrutan los antiguos miembros del anterior equipo de José Manuel Durao Barroso. Según el reglamento en vigor, un comisario que deja su cargo tiene derecho durante tres años a recibir una compensación -en función del tiempo que pasó en Bruselas- de entre el 40 y el 65 por ciento del salario. Así, a cada comisario le corresponde un mínimo de 96.000 euros anuales.

A pesar de que la idea es que ese pago le sirva para "facilitar su reinserción en el mercado laboral", los ex comisarios siguen cobrando la compensación aunque encuentren un nuevo trabajo, ajustándose la cuantía de manera que entre ese beneficio y su salario el total nunca supere lo que cobraba en Bruselas. "Esto está en las reglas", ha recalcado el portavoz comunitario de Administración, Michael Mann, quien ha indicado también que Bruselas considera que el mecanismo no tiene por qué terminar, pues se sostiene sobre "una base correcta". Además, ha recordado que el "sistema no es inusual" y que hay muchos países que tienen mecanismos similares para ex miembros del gobierno. Mann ha explicado también que el reglamento de remuneración es competencia del Consejo de la UE y que la Comisión no tiene poder de iniciativa para modificarlo.

El portavoz comunitario también ha defendido el código ético de la CE, puesto en duda por los trabajos que algunos de los antiguos comisarios han obtenido tras dejar el Ejecutivo comunitario. "Tenemos un código ético muy estricto, que evita cualquier posible conflicto de intereses", ha afirmado.

Mann ha sido cuestionado explícitamente por los casos de la ex comisaria de Relaciones Exteriores, Benita Ferrero-Waldner, y la de Consumo, Meglena Kuneva, que según diversos medios ocupan puestos relacionados con sus antiguas actividades en Bruselas. Según el portavoz, las dos ex comisarias recibieron el visto bueno del comité ético encargado de analizar los nuevos empleos de los antiguos miembros del colegio, empleos a los que se puede oponer si encuentra posibles conflictos de intereses.

El Financial Times Deutschland también exponía la situación del ex responsable de Pesca, Joe Borg, que podría trabajar para una consultora en Bruselas, y el antiguo comisario de Mercado Interior, Charlie McCreevy, que ahora es miembro de la junta directiva de la aerolínea Ryanair. Por su parte, la situación del antiguo comisario de Industria, Günter Verheugen, está siendo analizada por ese comité, después de que éste decidiese iniciar su propia consultora especializada en asuntos europeos. La CE ha insistido en que su código de conducta se elaboró en 2003 tras analizar ejemplos en todo el mundo y buscando hacerlo "lo más estricto posible". "Creemos que funciona bien", ha asegurado Mann, que sin embargo ha recordado que el presidente de la CE se ha comprometido a tratar de reforzarlo.

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