El presidente de México, Felipe Calderón, defendió ayer "el avance en la ofensiva contra la delincuencia organizada" de su Gobierno en el cuarto informe de su gestión, pese a las numerosas críticas a su guerra abierta al narcotráfico.

"El indicador muestra una tendencia positiva en los últimos años", refiere el documento presentado al Congreso, en el que el mandatario revela que los cárteles han perdido 8.047 millones de euros durante su gestión, iniciada en diciembre de 2006.

El Gobierno estadounidense ha cuantificado en 19.500 millones de euros anuales el negocio de los cárteles mexicanos, por lo que esta cifra representa unas pérdidas cercanas al 10%.

En cuanto a las incautaciones de droga, el mandatario mexicano apuntó a que se ha evitado que cada joven mexicano tenga acceso a 1.500 dosis de droga. En el último año se decomisaron 56 millones de euros.

El informe hace referencia también a los capos y lugartenientes de la droga caídos, y destaca a Arturo Beltrán Leyva e Ignacio Nacho Coronel, ambos abatidos en los operativos de captura de las fuerzas armadas.

La lista de lugartenientes suma 32 detenidos (cuatro regionales, ocho estatales y veinte locales). Asimismo, se habla de la detención de más de 117.000 delincuentes, más de 82.000 de ellos vinculados al narcotráfico.

El apartado de seguridad del informe presentado no habla de los 28.000 muertos registrados en el presente Gobierno en la llamada guerra al narcotráfico, la mayoría sicarios que perdieron la vida en los choques entre los propios cárteles por el control de las plazas.

De acuerdo a datos de los servicios secretos, se han producido casi un millar de enfrentamientos armados en el actual sexenio de Gobierno (2006-12).

Otro de los frentes detallados es la detención de 1.500 policías corruptos (97 federales, 259 estatales y 1.144 municipales), lo que significa desmantelar redes de protección al narcotráfico.