carrera hacia la casa blanca La predecesora de Hillary Clinton regresa a la política

'Condi' vuelve por la puerta grande

  • La cadena más prodemócrata no dudó en calificar de poderoso el discurso de Rice y de revivir la posibilidad de una candidatura a la Presidencia de la ex jefa de la diplomacia para el próximo 2016

¿Quién dice que el futuro, incluso de la política, no puede estar en manos de las mujeres? Para un país como Estados Unidos, en el que en los últimos años se ha vendido a la clase política casi como un mal necesario, la idea resulta refrescante.

Por el lado de los demócratas, la apuesta no sería seguramente nueva: la secretaria de Estado, Hillary Clinton, cuyo nombre sigue sonando para una eventual nueva candidatura en 2016 por mucho que ella lo desmienta una y otra vez.

Y, al menos desde la noche del pasado miércoles, también los republicanos cuentan con un arma redescubierta: la predecesora de Clinton en el cargo, Condoleezza Rice.

"Presidencial" fue el calificativo más comedido que le otorgaron medios tradicionales y redes sociales al discurso que la ex jefa de la diplomacia de la tan denostada última Administración republicana, la de George W. Bush, pronunció en el marco de la Convención Republicana en Tampa, Florida.

Para el diario The Washington Post, Rice incluso "eclipsó" a la estrella designada de la jornada, el congresista Paul Ryan, consagrado como candidato a la Vicepresidencia por el Partido Republicano con la bendición de las facciones más conservadoras del partido, ampliamente presentes en Tampa.

En un discurso en prime time, horario estelar televisivo del país, Rice mantuvo la noche del miércoles de pie y en constante ovación al foro de la reunión nacional republicana que el pasado jueves concluyó con sus sesiones en Tampa.

Durante una alocución a veces ahogada por los aplausos del foro, Rice demostró su capacidad de encandilar dialécticamente incluso a aquellos que no coinciden con sus ideas, consideradas uno de los máximos exponentes de las teorías neocon que llevaron a Estados Unidos a guerras como la denostada de Iraq que, paradójicamente, no hallaron espacio en su largo discurso.

No importó. De hecho, hasta la cadena Msnbc, considerada de las más pro-demócratas, no dudó en calificar de "poderoso" el discurso de Rice y de revivir la posibilidad de una candidatura presidencial de la ex jefa de la diplomacia para 2016.

Y no fue la única.

"Sí, estoy en desacuerdo con muchas cosas que dijo Rice, y en el lugar donde la palabra Iraq debería haber estado hubo un agujero. Pero el suyo fue más el discurso de un potencial jefe supremo que el de Ryan", coincidía el también columnista progresista del Post, E.J.Dionne.

Analistas resaltan además que con Rice como candidata presidencial, el Partido Republicano se apuntaría no pocos tantos.

Y es que Rice es mujer y afroamericana, lo que mata varios pájaros de un tiro al constituir un potencial imán para sectores del electorado estadounidense tradicionalmente más alejados de la formación conservadora.

De hecho, una Rice presidente -o presidenta- hasta superaría por fuerza de género el ingreso en la historia de Obama como primer afroamericano que llega a la Casa Blanca.

No le perjudica siquiera el hecho de haber sido una protagonista clave de la Administración Bush cuyo recuerdo, como destacaba en su columna el ex editor jefe de The New York Times Bill Keller, sólo se ha mencionado muy esporádicamente en la convención" que acaba de concluir en Tampa.

Y menos aún el haber hecho ya historia hace apenas dos semanas al convertirse, junto a la ejecutiva de Carolina del Sur Darla Moore, en la primera mujer que puede decir que es socia del Augusta National Golf Club.

En declaraciones a Msnbc, Rice se encargó la noche del miércoles de negar cualquier ambición política, y mucho menos en la Casa Blanca.

"Creo que mi padre pensó que podría ser presidente de Estados Unidos. Pienso que se habría sentido satisfecho con la Secretaría de Estado, eso fue suficiente", aseguró, y abogó por continuar su futuro en la educación.

Pero si le va como a Clinton, será mejor que Condi Rice se prepare para soportar rumores presidenciales para rato, por mucho que, como buena política que es, los desmienta.

Sobre todo por lo jugoso de la perspectiva de una batalla entre dos de las mujeres más fuertes de la historia reciente de Estados Unidos.

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