Mundo

Decenas de miles de iraquíes, en peligro de tortura tras ser entregados por EEUU

  • Amnistía Internacional alerta del peligro de abusos a los presos transferidos a las autoridades iraquíes.

Decenas de miles de personas que se encuentran bajo custodia de las fuerzas estadounidenses, sin juicio, están siendo transferidos a las autoridades iraquíes y corren serio peligro de sufrir torturas y otras formas de maltrato, según denuncia Amnistía Internacional en un informe publicado este lunes.

El informe, titulado 'Nuevo orden, idénticos abusos: Detenciones ilegales y tortura en Iraq', alerta de miles de casos de desapariciones, detenciones arbitrarias mantenidas en ocasiones durante años sin cargos ni juicio y brutales palizas a detenidos a menudo en prisiones secretas para obtener confesiones forzadas.

"Las fuerzas de seguridad iraquíes han sido responsables de violaciones sistemáticas de los derechos de los detenidos, unas violaciones que se les ha permitido cometer impunemente", ha manifestado Malcolm Smart, director del Programa para Oriente Próximo y el Norte de África de Amnistía Internacional.

"Sí, las autoridades de Estados Unidos, con su historial tan negativo con respecto a los derechos de los detenidos, han entregado a miles de personas detenidas por fuerzas estadounidenses, para que se enfrenten a este catálogo de ilegalidad, violencia y abusos, y al hacerlo han eludido toda su responsabilidad en cuanto a los Derechos Humanos", denuncia Smart.

Amnistía Internacional estima que en Iraq hay 30.000 detenidos recluidos sin cargos ni juicio, aunque las autoridades iraquíes no han facilitado cifras exactas. De ellos, 10.000 fueron transferidos recientemente de la custodia estadounidense al concluir algunas de las tropas de combate de Estados Unidos sus operaciones en Iraq.

Se sabe que varios detenidos han muerto bajo custodia, al parecer a consecuencia de la tortura u otros malos tratos infligidos por los agentes iraquíes que realizan los interrogatorios o por los guardias de las prisiones, quienes se niegan sistemáticamente a confirmar a sus familiares su detención o su paradero.

Ante este contexto, Amnistía Internacional ha puesto en marcha una ciberacción con el objetivo de recabar el apoyo social y exigir a las autoridades iraquíes que se ponga fin a las torturas y otras formas de malos tratos llevadas a cabo en su territorio, así como que se garantice el acceso a juicios justos. La ciberacción se encuentra disponible en www.actuaconamnitia.org.

 

Muertes bajo custodia

Como ejemplo, AI denuncia la muerte bajo custodia de Riyadh Mohammad Saleh al Uqaibi, de 54 años, casado y con hijos, fallecido el 12 o 13 de febrero de 2010 a consecuencia de una hemorragia interna causada por los golpes que le propinaron durante el interrogatorio. "Fueron tan brutales, que le fracturaron las costillas y le dañaron el hígado", denuncia AI.

La organización cita también el caso de un ex miembro de las Fuerzas Especiales iraquíes detenido a finales de septiembre de 2009 y recluido en un centro de detención de la Zona Verde de Bagdad antes de ser trasladado a una prisión secreta en el antiguo aeropuerto de Muthanna. Su cadáver fue entregado a su familia varias semanas después. En el certificado de defunción aparece como causa de la muerte "fallo cardiaco".

"Las autoridades iraquíes han incumplido flagrantemente su deber de emprender acciones efectivas para erradicar la tortura y castigar a quienes la perpetran, pese a las pruebas abrumadoras de su uso", ha manifestado Malcolm Smart.

"Las autoridades tienen el deber de investigar, hacer rendir cuentas a los responsables, llevarlos ante la justicia y otorgar reparación a las víctimas. El hecho de que no tomen esas medidas concretas transmite el mensaje de que esas violaciones se toleran y pueden repetirse", dijo.

Más de 400 detenidos fueron recluidos en la prisión secreta del antiguo aeropuerto de Muthanna, cuya existencia se reveló públicamente en abril de 2010. Amnistía Internacional cuenta con varios testimonios de reclusos que sostienen haber sido arrestados en basea a información falsa que las fuerzas de seguridad iraquíes habían obtenido de informadores secretos.

Los detenidos estuvieron recluidos sin acceso al mundo exterior y algunos habían sido sometidos a torturas u otros malos tratos durante los interrogatorios, al parecer para obligarlos a confesar su implicación en ataques con explosivos u otros delitos que podrían acarrear la pena de muerte.

"En Iraq se utiliza la tortura habitualmente para obtener confesiones en muchos casos preparadas de antemano por los responsables del interrogatorio. Obligan a los detenidos a firmarlas con los ojos vendados y sin leer su contenido", sostiene el informe de AI.

En muchos casos, incluso casos en los que los cargos pueden suponer una condena de muerte, esas confesiones firmadas son la única prueba que se presenta contra los detenidos cuando se los lleva a juicio, explica la organización.

Descargas eléctricas y asfixia

Entre los métodos de tortura utilizados se encuentran golpear al detenido con cables y tuberías, colgarlo durante periodos prolongados por los brazos o las piernas, administrarle descargas eléctricas en zonas sensibles del cuerpo, fracturarle extremidades, arrancarle las uñas de las manos o los pies, asfixiarlo o agujerearle el cuerpo con taladros, además de torturas psicológicas como amenazarlo con violarlo.

Miles de personas continúan recluidas pese a que se han dictado órdenes judiciales para su liberación, y pese a que la Ley de Amnistía iraquí de 2008 establece que se debe poner en libertad a los detenidos que no hayan sido acusados después de un periodo de entre seis y doce meses.

Las fuerzas estadounidenses completaron el 15 de julio de 2010 el traslado a la custodia iraquí de todos los detenidos salvo 200. Ese traslado se llevó a cabo sin mediar ninguna garantía contra la tortura o los malos tratos.

El informe destaca asimismo las prolongadas detenciones en la región del Kurdistán, en el norte del país, a manos de la Asayish, la policía de seguridad kurda.

Amnistía cita el caso de Walid Yunis Ahmad, de 52 años y padre de tres hijos, que lleva más de diez años recluido sin cargos ni juicio, desde que, el 6 de febrero de 2000. Fue detenido en Erbil, capital de la región autónoma del Kurdistán por miembros de la Asayish.

Tres años después de su detención, su familia descubrió que estaba vivo pero seguía detenido, y pudo visitarlo. Es el detenido que más tiempo lleva recluido sin juicio en Iraq de los que Amnistía Internacional tiene conocimiento.

Walid Yunis Ahmad, según los informes, ha sido torturado y permanece recluido en régimen de aislamiento desde que en 2008 inició una huelga de hambre de 45 días en protesta por su prolongada reclusión. En la actualidad, se encuentra detenido en la jefatura de la Asayish en Erbil.

"Las autoridades iraquíes deben emprender ya, al completarse el traspaso de las prisiones a la custodia iraquí, acciones firmes y decisivas para demostrar que tienen la voluntad política de proteger y defender los Derechos Humanos de todos los iraquíes, de acuerdo con las obligaciones que han contraído en virtud del derecho internacional, y para erradicar la tortura y otros abusos graves, tan extendidos actualmente, contra los derechos de los detenidos", dijo Malcolm Smart.

"Los detenidos que han permanecido recluidos durante largos periodos sin que se formularan cargos penales reconocibles contra ellos y sin que se los haya juzgado, deben ser puestos en libertad o juzgados sin demora en procesos que cumplan plenamente las normas internacionales sobre juicios justos, y sin recurrir a la pena de muerte", concluyó el portavoz de Amnistía.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios