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Un ataque de EEUU mata a 100 afganos en vísperas del encuentro Obama-Karzai

  • La secretaria de Estado, Hillary Clinton, asegura que lamenta "profundamente" la muerte de unos 70 civiles en un bombardeo · El jefe del Pentágono viaja a Kabul para supervisar la llegada de más soldados

Más de 100 personas murieron en un bombardeo estadounidense en Afganistán en vísperas de la reunión de ayer en Washington entre el presidente de EEUU, Barack Obama, y sus homólogos de Afganistán y Pakistán para abordar la lucha contra los islamistas en la región.

Esa reunión se llevó a cabo en momentos en que el Ejército paquistaní realiza una contraofensiva contra los talibanes que avanzaron hasta a 100 kilómetros de Islamabad, la capital del país.

"Puedo confirmar que más de 100 personas murieron en la operación en el distrito Bala Buluk" el lunes, anunció Abdul Ghafar Watandar, comandante de la Policía de la provincia afgana de Farah, a la que pertenece el distrito mencionado.

"Entre 25 y 30 eran talibanes, entre los cuales algunos eran de Chechenia y Pakistán, y el resto eran civiles, incluidos niños, mujeres y ancianos", dijo el portavoz de la Policía afgana, Abdul Rauf Ahmadi. Equipos del Gobierno afgano, de las fuerzas internacionales y del Comité Internacional de la Cruz Roja viajarán al lugar para investigar, añadió.

Por su parte, la secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, aseguró ayer que EEUU lamentaba "profundamente" la muerte de civiles.

El lunes estallaron feroces combates en Bala Buluk entre las tropas internacionales y los insurgentes que culminaron con los bombardeos estadounidenses.

Los talibanes afganos fueron expulsados del poder a finales de 2001, por una coalición internacional liderada por EEUU.

Los frecuentes casos de víctimas colaterales en las operaciones militares han hecho impopulares a las tropas extranjeras en Afganistán y ponen en difícil posición al presidente afgano, Hamid Karzai, un aliado de las potencias occidentales que en agosto se juega el puesto en las presidenciales.

Karzai participó en la cumbre trilateral de Washington con el presidente paquistaní Asif Ali Zardari. La flamante Administración estadounidense ha optado por una nueva estrategia en la lucha contra Al Qaeda y los talibanes que operan en la frontera entre Pakistán y Afganistán.

Zardari aceptó un pacto con los talibanes paquistaníes, que acordó la vigencia de la ley islámica (sharia) en el valle del Swat a cambio de un cese de hostilidades. Pero los talibanes se negaron a entregar las armas y, aprovechando el alto el fuego, avanzaron hasta Buner, a unos 100 kilómetros de Islamabad, motivando las críticas de Washington al Gobierno paquistaní.

La campaña, que ha obligado a huir a más de 40.000 civiles paquistaníes, se saldó ayer con la muerte de 62 milicianos, según cifras militares imposibles de contrastar. En estos 11 días el Ejército dijo haber matado a unos 310 insurgentes.

Por otro lado, el secretario de Defensa de EEUU, Robert Gates, llegó anoche a Kabul para supervisar el avance de los preparativos para la próxima llegada de decenas de miles de soldados, enviados en refuerzo por Washington para luchar contra los insurgentes talibanes. "Tenemos una nueva política, una nueva estrategia, un nuevo embajador y llegarán numerosas tropas frescas a esa región", declaró Gates a la prensa en Riad antes de viajar a la capital afgana.

Obama ordenó el despliegue de más de 21.000 soldados adicionales a Afganistán en el marco de una nueva estrategia para acabar con la expansión de la insurrección islamista en el país. De aquí a septiembre, EEUU prevé reunir un Ejército de 68.000 soldados, lo que representa el doble de los efectivos presentes en el país.

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