No ha sido un buen mes para Al Gore: a pocas semanas de la separación de su mujer tras 40 años de matrimonio, se ve inmerso en un posible escándalo sexual. Una masajista le acusa de haber intentado abusar sexualmente de ella.

Sensato, correcto y fiel: hasta hace poco, se creía que el ex vicepresidente estadounidense Al Gore era lo contrario de Bill Clinton: quizá menos interesante que el ex presidente, quizá un poco demasiado pulcro, pero siempre sólido y fiable. Escándalos como el que sacudió a su superior en la Casa Blanca parecían impensables en el caso de Gore. Al igual que el fin del matrimonio, de unos 40 años, con su esposa Tipper. Pero de repente todo ha cambiado: el Premio Nobel de la Paz se ha separado de su mujer y se halla inmerso en un posible escándalo sexual.

Desde la semana pasada circula en los medios estadounidense una vieja acusación, de cuatro años de antigüedad, por parte de una masajista contra el premiado protector del medio ambiente, desatada por una información publicada por el sensacionalista pero no siempre errado National Enquirer. Y ahora la policía decidió reabrir una investigación que ya había sido abierta y después archivada por falta de pruebas.

Según la acusación, Al Gore intentó obligar a mantener relaciones sexuales a la masajista, que según su declaración policial -que data de 2009- fue contratada para darle un masaje terapéutico en una suite de un hotel de Portland, en Oregón. Fue "angustioso", afirma en la declaración de 73 páginas. Se lanzó contra ella, asegura. Gore, conocido por su corrección y nunca desmedido... ¿un agresor sexual?

Las autoridades de Oregón no vieron pruebas suficientes y archivaron el caso el año pasado, entre otros motivos porque la mujer no se mostró especialmente cooperativa durante las investigaciones. Poco después del supuesto ataque, se negó a comienzos de 2007 a declarar ante la policía. Su abogado prefería aclarar el suceso fuera de los tribunales, se dijo. Pero en 2009 la mujer, que ahora tiene 54 años, volvió a recurrir a las autoridades con una declaración por escrito, algo que no basta para dar otro paso jurídico. La policía reabrió el caso repentinamente, sin explicar por qué lo hizo en este momento y se niega a hablar de un proceso abierto.

Una portavoz de Al Gore, de 62 años, no quiso comentar declaraciones que tildó de "difamatorias" y "falsas", a la vez que "inventadas. "Más investigaciones sólo le beneficiarán", comentó. Pero claro está que las especulaciones ya están abiertas: ¿el fin del matrimonio de Al Gore tuvo algo que ver con el caso? ¿Quizá el ex candidato a la presidencia no era tan fiel como todos pensaban?

La separación de la pareja de ensueño en Washington Al y Tipper, poco después de cumplir 40 años de matrimonio, fue una gran sorpresa a comienzos de junio, incluso para sus amigos más estrechos. Hacía poco se habían comprado una gran finca en California. "Estoy en shock, más que eso, es lo último que me habría imaginado", dijo Chris Downey, amiga de Tipper, al diario The Washington Post.