Dos semanas después de las conversaciones entre Irán y representantes de la comunidad internacional, Teherán aún no respondió oficialmente a una nueva oferta para negociaciones con el fin de solucionar la disputa sobre las actividades atómicas iraníes. La Unión Europa presume que esto ocurrirá mañana, dijeron diplomáticos de la UE ayer en Bruselas.

El 19 de julio, el jefe de la diplomacia europea, Javier Solana, junto con representantes de los miembros permanente del Consejo de Seguridad de la ONU y Alemania instaron en Ginebra al negociador iraní Said Yalil a responder a la oferta de negociación de la comunidad internacional.

Mientras tanto, los países del Golfo Pérsico, de los que el mundo obtiene un tercio de sus necesidades de petróleo, vigilan con gran inquietud, aunque en silencio, los preparativos de Irán para una eventual guerra con Israel o Estados Unidos a raíz de los planes nucleares iraníes.

Ninguno de los gobiernos de la zona ha comentado de forma directa las recientes amenazas de Irán contra la fuerza naval de EEUU en la región, pese a que la mayoría de sus bases están prácticamente en los Estados de la alianza árabe del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG). Tampoco se han referido en público a las recientes maniobras cerca de sus aguas territoriales de los Guardianes de la Revolución, en las que los soldados iraníes advirtieron al CCG que no coopere con EEUU si quiere evitar una "lluvia de misiles" iraníes.

Aun así, las noticias sobre las advertencias y los ejercicios militares iraníes ocupan siempre un destacado espacio en las primeras páginas de los principales diarios del golfo arábigo, mientras en televisiones de Qatar como Al Jazeera y la saudí Al Arabiya son frecuentes los comentarios sobre lo que podría pasar en caso de un ataque contra Irán. Los iraníes probaron hace algunas semanas nueve misiles de medio y largo alcance, aviones sin piloto de combate y reconocimiento, entre otro material militar, y anunciaron que celebrarán nuevas maniobras en la zona.

Los medios de comunicación del país han informado en los últimos días sobre varios cambios en la dirección de los Guardianes de la Revolución, mientras que el comandante del Ejército de tierra de ese cuerpo militar, Mohamad Asadi, dijo que su país "se toma en serio las amenazas occidentales" contra sus instalaciones nucleares.

Fuentes diplomáticas atribuyen el silencio oficial árabe respecto a las advertencias y los preparativos iraníes, a que los musulmanes quieren evitar pese a su inquietud, cualquier tipo de tensión que afecte a su seguridad o sus planes de desarrollo, aunque sólo sea de manera verbal.