Israel castigó los pasos emprendidos por el presidente palestino, Mahmud Abbas, con la congelación de 500 millones de shekels (más de 100 millones de euros) correspondientes a los impuestos y tasas aduaneras palestinas, informó ayer la radio israelí.

El negociador jefe palestino, Saeb Erekat, condenó la medida calificándola de "piratería". "Israel está respondiendo una vez más a nuestros pasos legales con más castigos colectivos ilegales", agregó. "Lo que están reteniendo no es caridad israelí con los palestinos, sino nuestro dinero, que es legalmente nuestro".

La suma congelada corresponde a impuestos y tasas aduaneras que Israel recauda para las autoridades palestinas. No es la primera vez que Tel Aviv toma esta decisión, pero al final siempre acabó transfiriendo el monto.

No obstante, el ministro israelí para los Servicios Secretos, Yuval Steinitz, anunció ayer que las autoridades emprenderán nuevas medidas contra los palestinos.

El miércoles, tras el fracaso en hacer pasar una resolución ante el Consejo de Seguridad de la ONU para poner fin a la ocupación, Abbas firmó las peticiones de adhesión a una veintena de tratados y convenciones internacionales, entre ellos el Estatuto de Roma.

Ello podría haber la puerta a una serie de demandas palestinas contra gobernantes y militares israelíes por crímenes de guerra y violación de derechos humanos, aunque se trata de arma de doble filo porque los líderes palestinos también quedarían expuestos.

Por su parte, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu afirmó ayer que su Gobierno no permitirá que altos mandos y oficiales del Ejército sean llevados a tribunales internacionales en demandas alentadas por los palestinos y acusó a la Autoridad Palestina de haber elegido la "confrontación".