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Italia y Malta vuelven a abandonar a su suerte a otro barco con refugiados

  • La isla mediterránea hace caso omiso a la petición de Roma de acoger a los más de 200 migrantes que van en el 'Lifeline'

  • Salvini carga contra España y Francia

Salvini, ministro del Interior italiano (derecha), se hace un 'selfie' ayer en Siena.

Salvini, ministro del Interior italiano (derecha), se hace un 'selfie' ayer en Siena. / fabio di pietro / efe

El barco de la ONG alemana Lifeline continuaba ayer en el Mediterráneo, con más de 200 personas rescatadas a bordo, a la espera de que algún país le permita atracar en puerto seguro, mientras Italia y Malta rechazan hacerse cargo. La embarcación rescató en la noche del miércoles a 224 personas y ayer participó en el salvamento de otros 113 inmigrantes, que ahora se encuentran en un buque mercante, explicó el portavoz de dicha organización no gubernamental, Axel Steier.

Según el ministro italiano del Interior, Matteo Salvini, a bordo del barco de la ONG hay actualmente 239 personas, si bien Malta cifró en 234 a los migrantes en un comunicado. El titular de Infraestructuras y Transportes de Italia, Danilo Toninelli, instó a Malta a recibir en sus puertos a estas personas ya que la embarcación está actualmente muy cerca de las cosas de la isla.

De hecho, aseguró que tanto las autoridades italianas como la Agencia Europea de Control de Fronteras (Frontex) han explicado a las autoridades maltesas que el puerto más cercano es uno de ese país y no de Italia. Sin embargo, las autoridades maltesas rechazaron hacerse cargo, según una nota publicada por Toninelli.

En ella Malta afirma que no puede ser "responsable de la irresponsabilidad de un barco" que navega con sobrecarga, ya que tiene una capacidad de 50 personas y lleva a bordo a más de 200 socorridos. A su juicio, "el barco no ha declarado estar en situación de peligro" y por tanto no es necesario que el país asuma su situación por estar próxima a sus aguas, tal y como pide Italia.

Y agrega que el barco debe ser responsabilidad del país del que porta la bandera, en este caso de Holanda, y que por tanto Malta se limitará a "controlar" y "proporcionar asistencia en casos médicos urgentes y cualquier suministro si es necesario".

Salvini ya ha dejado claro que este país no acogerá a más inmigrantes rescatados por barcos de ONG que naveguen en el Mediterráneo. "No podemos recibir a un solo refugiado más. Por el contrario, quisiéramos entregar a algunos", señaló en declaraciones a la revista alemana Der Spiegel.

Mientras se decide la suerte de estas personas, la embarcación permanece en el Mediterráneo, como ocurrió con el barco Aquarius, que acabó desembarcando en España a sus 630 migrantes, tras las negativas de Italia y Malta.

En esta ocasión, el ministro de Exteriores de España, Josep Borrell, se puso ya en contacto con Malta, Italia y Francia "para el cuidado" de este barco. Salvini, también vicepresidente del Gobierno italiano, practica una política muy restrictiva para frenar los flujos migratorios hacia Italia y defiende que, mientras el país ha sido solidario durante los últimos años, el resto de Europa no ha asumido sus compromisos.

Por eso, cargó en los últimos días contra España, a la que ha invitado a acoger "las próximas cuatro barcazas" que partan desde Libia, y especialmente contra Francia, después de que su presidente, Emmanuel Macron, acusara a Italia de "cinismo" por su gestión con el Aquarius.

Roma acusa a Lifeline de socorrer a los 224 migrantes en la noche del miércoles sin atender las indicaciones de la Guardia Costera italiana, que les solicitó no intervenir, ya que lo iban a hacer los guardacostas libios. Por ello, Toninelli calificó a los cooperantes de esta ONG de "irresponsables".

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