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El M5S busca apoyos entre las ruinas del centroizquierda italiano

  • El líder del partido más votado, Luigi di Maio, reclama a sus rivales "responsabilidad" y no "teatrillos" para cambiar el país

  • Asegura que su Gobierno pondrá "a los ciudadanos en el centro"

El líder del M5S y candidato para el puesto del primer ministro, Luigi di Maio, celebró el triunfo con sus seguidores, el martes en Pomigliano d'Arco.

El líder del M5S y candidato para el puesto del primer ministro, Luigi di Maio, celebró el triunfo con sus seguidores, el martes en Pomigliano d'Arco. / ciro fusco / efe

El Movimiento 5 Estrellas (M5S), el partido más votado en las elecciones del domingo en Italia, busca apoyo en el derrotado Partido Demócrata (PD) y su líder, Luigi di Maio, reclamó ayer a sus rivales "responsabilidad" y no "teatrillos" para cambiar el país.

El candidato del M5S se dio la noche del martes su primer baño de masas tras los comicios y lo hizo en su tierra natal, la localidad napolitana de Pomigliano D'Arco, ante cuyos vecinos proclamó: "estamos inevitablemente proyectados hacia el Gobierno".

Algunos en el Partido Demócrata creen que es necesario "saber cuáles son sus propuestas"

Pero para ello el M5S, que obtuvo 221 diputados y 112 senadores, en primer lugar tendrá que recibir el encargo de formar Gobierno y, después, buscar apoyos con los que tener la mayoría absoluta necesaria, situada en 316 escaños en la Cámara de Diputados y 158 en el Senado.

Di Maio publicó ayer una carta en el diario La Repubblica en la que, en tono conciliador, pedía el apoyo del resto de partidos que deseen sumarse a su "revolución copernicana", basada en la transparencia política y la lucha contra las desigualdades. "El Gobierno se podría construir a base de convergencias en temas (...) Todas las fuerzas políticas deben manifestar responsabilidad en ese sentido. No es posible que ahora inicien teatrillos, juegos o estrategias a lo House of Cards", consideró.

En este sentido aseguró que su objetivo en un posible Ejecutivo será "poner a los ciudadanos en el centro" después de años en los que los partidos tradicionales pujaron por sus propios intereses y apostó por involucrar a la gente en la toma de decisiones.

En la búsqueda de esos apoyos, todo parece indicar que el primer camino que tomará Di Maio será arrimarse al centroizquierda del Partido Demócrata (PD, con 110 diputados y 56 senadores), tal y como también sospecha el otro triunfador, el líder de la ultraderechista Liga, Matteo Salvini.

"En el horizonte veo un acuerdo entre el M5S y el PD", reconoció ayer Salvini, que impulsó a la Liga por encima del 17%, lo que la convierte en el principal partido de la coalición de derechas que comparte, entre otros con Forza Italia de Silvio Berlusconi.

Aunque estas intenciones no fueron confirmadas explícitamente, en el PD ya hay quien ha recogido el guante y, mientras algunos exponentes abogan por abrirse al diálogo con el M5S, la mayoría sigue defendiendo la línea dura dictada por el líder del partido, Matteo Renzi.

Renzi, que dimitirá como secretario del PD una vez se forme el nuevo Gobierno, fue tajante en su negativa a los "extremistas" del M5S o la derecha y retó a sus colegas a llevarle la contraria, si se atreven, en la reunión del lunes.

Pero no hizo falta esperar a esa fecha y algunos rostros de la izquierda y del PD ya se pronunciaron, como el que fuera alcalde de Turín, Piero Fassino, que defendió que "es necesario saber cuáles serán sus propuestas".

Sin embargo, la posición mayoritaria es la de Renzi, contraria al apoyo, seguida entre otros por el autor de la ley electoral con la que se celebraron estos comicios, Ettore Rosato, quien dijo que el PD, como segundo partido, "tiene el mandato de estar en la oposición".

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