Elecciones en estados unidos Pugna por la candidatura en el seno del Partido Demócrata

Obama, la esperanza del cambio

  • Alto, guapo y con voz profunda, el senador negro de Illinois es el causante de dar la vuelta a los sondeos que daban por hecho que la ex primera dama Hillary Clinton sería la aspirante demócrata a la Casa Blanca

Hace apenas dos meses, casi nadie dudaba de que la senadora de Nueva York y ex primera dama Hillary Clinton sería la candidata demócrata a la Casa Blanca en las elecciones de noviembre. Sin embargo, a escasos días de la primera cita electoral para la designación del aspirante final, los caucus de Iowa, el futuro no está tan claro debido al sorprendente auge del senador de Illinois, Barack Obama.

El joven político negro insiste en que él encarna la verdadera posibilidad de cambio en Washington. "Clinton presenta como la experiencia, mientras Obama se ofrece como el cambio, la esperanza. Hillary refleja un regreso al futuro porque ya fue parte de Washington. Obama, en cambio, es la gota fresca de esperanza de algo nuevo. En eso reside su éxito", apunta a este diario César Martínez, presidente de la consultora política MAS Consulting Group.

Hijo de padre negro y madre blanca, Barack Obama nació en Hawai el 4 de agosto de 1961. Su padre era originario de una pequeña aldea de Kenia, donde cuidaba un rebaño de cabras junto a su abuelo, un criado doméstico de los británicos. Su madre, en cambio, creció en un pueblo de Arkansas. Ambos se conocieron en la Universidad de Hawai, donde su padre estudiaba con una beca. Cuando éste regresó a Kenia, Barack se crió con su madre en Hawai e Indonesia.

Obama terminó Derecho en la Universidad de Harvard en 1991 y se trasladó a Chicago para ejercer como abogado de derechos civiles. Allí comenzó su carrera política al lograr un escaño para el Senado del Estado de Illinois. En esos ocho años centró su labor en ayudar a progresar a las familias obreras e impulsar una expansión de la educación infantil.

No fue hasta 2004 cuando entró en la política nacional, convirtiéndose en el tercer afroamericano elegido al Senado de EEUU.

Alto, guapo y con una voz profunda de las que hacen girar cabezas, mantiene una línea ideológica a la izquierda de la ex primera dama, especialmente en política exterior. Obama reitera que, si llega a la Casa Blanca, hablará con los enemigos (Siria e Irán), cerrará Guantánamo y retirará las tropas de Iraq en 16 meses.

El joven senador recoge votos del electorado femenino, hasta ahora más inclinado por Hillary. "Lo más destacable de su campaña es la esperanza que transmite. En las recaudaciones también se dirigió a la gente común, que siente que forma parte de ella. Obama está haciendo la campaña de la gente, valiéndose de su etapa como trabajador social. De todos los candidatos, representa algo que la gente no había visto, y el votante busca lo diferente. Esta frescura llama la atención, al menos en los primeros estados en celebrar caucus", asegura Martínez. "Obama no intenta dividir América y evita los ataques, algo a lo que los americanos están muy acostumbrados. Sin embargo, su inexperiencia juega en su contra", insiste.

"El fallo de Clinton estuvo en presentarse como el establishment, más de lo mismo. Tras siete años de Administración Bush y ocho de Clinton la gente busca algo nuevo. Si la senadora Clinton se logra posicionar como un cambio con experiencia puede llegar muy lejos", analiza Martínez.

Desde que anunció su candidatura en febrero, Obama arrastra multitudes. Incluso ha logrado que la presentadora Oprah Winfrey, considerada habitualmente como la mujer más poderosa e influyente de EEUU, haga campaña a su favor.

De momento, Barack ha conseguido dar un vuelco a los sondeos, pese a que no ha dejado de ser objeto de críticas y descalificaciones. Un ya ex miembro del equipo de Hillary le cuestionó por consumir drogas durante la adolescencia, asegurando que los republicanos aprovecharían este hecho reconocido por Obama. También ha encontrado reticencias en el seno de su propia comunidad, donde se ha llegado a cuestionar si es lo bastante negro. La complejidad de su pasado motiva que algunos negros afirmen que no comparte la cultura de los descendientes de esclavos. "Lo que es evidente es que todavía existe esa noción de que si atraemos a los blancos es que hay algo que no va bien", respondió.

La última acusación: sus supuestos antecedentes radicales musulmanes, un ataque con tintes racistas según los expertos. No está claro si EEUU está listo para elegir a un presidente negro, pero en lo que parece existir consenso es que en un país donde el 85 por ciento es cristiano un candidato musulmán no sería el favorito.

Lo cierto es que, según los sondeos para los caucus de Iowa, Hillary y Barack están prácticamente empatados después de que la senadora recuperara terreno, algo en lo que ha podido tener que ver el apoyo del diario The Des Moines Register, el más influyente del Estado, un respaldo codiciado que habían intentado conseguir los equipos de campaña de todos los aspirantes. Además, en su favor, Clinton sabe que los votantes de Iowa toman sus decisiones tardíamente.

"Si Obama da una sorpresa en Iowa y New Hampshire pueden cambiar las cosas porque aumentaría la capacidad de movilización. Si gana en ambos estados puede impulsarse a nivel nacional porque podría movilizar a mucha gente que aún tiene reservas. Pero los votantes aún están expectantes. Por ejemplo, el voto afroamericano ha estado un poco más con los Clinton, pero en el momento en que vean ascender a Obama dirán sí que podemos, van a moverse hacia su campo. No obstante, de momento sólo se puede especular. Hace varios años, en 2003, por estas fechas, el candidato que iba primero era Howard Dean y ganó el senador John Kerry. También un año antes de las elecciones que ganó Bill Clinton iba quinto en las encuestas. No todo está hecho. Clinton, al ir en primera posición, sólo puede ir para abajo y Obama para arriba", afirma Martínez.

A nivel nacional, Clinton aventaja al senador de Illinois en 9 puntos en la intención de voto entre los demócratas pero ese margen era de 17 hace dos semanas, según una de las últimas encuestas de YouGov/Polimetrix.

Dado que, al margen de los votantes de Iowa, son muy pocos los estadounidenses que no se han formado una opinión sobre Hillary, tal vez la preocupación de la senadora sea haber alcanzado el pico de su popularidad. Clinton tiene dos grandes inconvenientes: a una parte importante de la población le parece arrogante y en los inicios del conflicto votó a favor de la invasión de Iraq.

De momento, todo está en el aire. Quizás tras las citas de Iowa (3 de enero) y New Hampshire (día 8) pueda vislumbrarse si EEUU tendrá posibilidades reales de tener, por primera vez en su historia, un presidente no blanco.

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