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Obama no negociará bajo "amenaza" de cierre indefinido o suspensión de pagos

  • El portavoz de la Casa Blanca criticó a los republicanos por tener "de rehén al Gobierno y a la economía".

El presidente de EEUU, Barack Obama, no negociará con los republicanos bajo la "amenaza" de un cierre indefinido de la Administración federal o de la suspensión de pagos si no se logra un acuerdo para elevar el techo de la deuda, anunció su portavoz, Jay Carney. Obama "solo está pidiendo que el Congreso cumpla con sus obligaciones", afirmó Carney en su rueda de prensa diaria, y esa postura es la que mantendrá durante su reunión en la Casa Blanca con los principales líderes demócratas y republicanos en el Capitolio.

El portavoz criticó a los republicanos por tener "de rehén al Gobierno y a la economía", en el segundo día de paralización parcial de las actividades de la Administración federal ante la falta de un presupuesto para el nuevo año fiscal, algo que no ocurría desde 1996. En la reunión también estará presente el secretario del Tesoro, Jack Lew, quien alertará a los legisladores del impacto de la amenaza de la suspensión de pagos que se producirá si no se logra antes del 17 de octubre un acuerdo para elevar el techo de la deuda pública. El Congreso debe aprobar el aumento de ese techo "sin demora ni dramas", insistió Carney. "No queremos ni siquiera contemplar lo catastrófica que sería una suspensión de pagos", añadió.

Después de que la Casa Blanca anunciara que Obama ha cancelado parte de la gira por Asia que comienza el sábado debido a esta crisis presupuestaria, Carney reiteró que el presidente "tiene la intención" de hacer ese viaje, que le llevará a Indonesia y Brunei. Ese viaje "es importante", enfatizó el portavoz, quien rehusó comentar si se cancelaría en su totalidad si la Administración sigue paralizada el sábado, día que Obama debe partir.

A esta situación de paralización parcial de la Administración se ha llegado debido a la falta de acuerdo en el Congreso para aprobar fondos para financiar al Gobierno en el nuevo año fiscal, que comenzó este martes. El ala más conservadora de los republicanos, fundamentalmente el movimiento Tea Party, busca condicionar esa financiación a retrasos en la aplicación de la reforma sanitaria, algo que rechazan los demócratas y el propio Obama.

El presidente se reunió a puerta cerrada en la Casa Blanca con 14 directores ejecutivos de las mayores firmas financieras de EEUU. Al término de ese encuentro, el consejero delegado del banco Goldman Sachs, Lloyd Blankfein, explicó a los periodistas que hubo un "consenso" acerca de evitar cualquier situación que "dañe" la recuperación económica estadounidense. En el país "hay precedentes de un cierre de la Administración. Pero no hay precedentes de una suspensión de pagos", advirtió Blankfein.

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