conflicto en asia Yemen parece dirigirse a toda velocidad a una nueva guerra civil

Saleh, el autócrata eterno

  • El mandatario yemení se traslada a Arabia Saudí para recuperarse de las heridas sufridas en el ataque al palacio presidencial que tuvo lugar el pasado viernes

El presidente yemení Ali Abdala Saleh viajó ayer a Arabia Saudí para recuperarse de las heridas sufridas el viernes en un ataque contra el palacio presidencial de Sanaa, lo que parece indicar que éstas son de mucha mayor gravedad de lo que se había informado oficialmente.

Saleh, que dirige el país desde hace 33 años, es un autócrata que comparó el hecho de gobernar Yemen con "bailar en una cesta de serpientes" y puso en contra a los múltiples actores de la sociedad -militares, tribus, partidos- que en el pasado supo dividir para conservar el poder.

Saleh, de 59 años, era un desconocido oficial cuando accedió en 1978 a la presidencia de Yemen del Norte. Desde entonces no ha abandonado el poder.

Antes de que estallara en enero el movimiento de protesta contra su régimen, Saleh se preparaba para competir por un nuevo mandato en 2013.

En los últimos tres meses vio cómo las mayoría de los pilares sobre los que reposaba su poder se desmoronaron, en particular las tribus y los militares. Por ello se vio obligado a apoyarse cada vez más en los órganos de seguridad dirigidos por miembros de su familia, como sus hijos o sobrinos.

Los telegramas diplomáticos publicados por Wikileaks muestran a un hombre cada vez más autoritario en los últimos años.

"Desde 1994 decidió que era el único hombre capaz de tomar decisiones en el país. Intenté decirle que Yemen tiene serios problemas, pero se enojó (...) no escucha a nadie", reveló un telegrama fechado el 31 de agosto de 2009 en el que se cita al propio primo del presidente, Mohamed Al Qaghi.

Nacido el 21 de marzo de 1942, Saleh salió a la arena política en 1962 en un golpe de Estado que destituyó al último imán, que tuvo que huir de Sanaa, e instauró la República.

Siguió luego una guerra civil, con el Egipto de Gamal Abdel Nasser apoyando a los militares y Arabia Saudí respaldando a las tribus fieles al monarca depuesto. El conflicto terminó en 1970.

Al mismo tiempo, en el sur, los británicos tenían que hacer frente a una fuerte rebelión. Londres se retiró finalmente en 1967. En Adén se creó entonces la República Popular y Democrática, que se convirtió en el único Estado marxista árabe.

En 1978 Saleh fue elegido por una asamblea constituyente para reemplazar al presidente de Yemen del Norte, Ahmad al Ghachmi, asesinado en un atentado. Pronto se rodeó de un núcleo compuesto por sus allegados, entre ellos sus hermanos que fueron nombrados en puestos clave del aparato militar y de seguridad.

Pero para sobrevivir tuvo que aceptar las estructuras sociales tradicionales. Saleh es de la tribu Sanhan, de la poderosa confederación Hashed.

"Desde 1978 tuvo por regla para garantizar la supervivencia de su régimen integrar a los jeques de tribus en el Estado ofreciéndoles lugares en el gobierno y subsidiándolos", explicó Franck Mermier, un experto en la realidad de Yemen.

En un primer momento trabajó por la reunificación con el sur, que llegó en 1990. Ese año fue el primer presidente de Yemen unificado, y cuatro años después aplastó un intento de secesión sudista.

Está casado y es padre de 14 hijos, cinco varones y nueve mujeres. El mayor de sus hijos, Ahmed, estaba llamado a sucederle. Saleh es miembro de la comunidad zaidita, un brazo del chiísmo que representa a un 30% de la población. Son mayoritarios en el norte del país, zona donde tuvo que combatir desde 2004 una rebelión sangrienta.

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