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Santos asegura que su Gobierno no se beneficia ni admite el espionaje ilícito

  • El Ejército colombiano vigiló a dirigentes de la izquierda y a los negociadores con las FARC

El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, aseguró ayer que será implacable con el uso de ilícito de los servicios de inteligencia y dijo que su Gobierno no se ha beneficiado del supuesto espionaje de militares a políticos del país, entre ellos sus negociadores con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).

"Este Gobierno no admite, tolera ni mucho menos se beneficia con interceptaciones ilícitas", señaló Santos en un acto del Ministerio de Justicia en el que subrayó que su Administración será "implacable contra el uso de la inteligencia ilícita".

Santos dijo que es necesario "dejar en claro que aquí algunos están pescando en río revuelto". "Somos un Gobierno que defiende el Estado de derecho, no los estados de opinión, somos un Gobierno que respeta la independencia de los organismos de control y de los poderes públicos, así como las decisiones judiciales y no las cuestionamos", manifestó.

El supuesto espionaje fue revelado el martes por una investigación de la revista Semana según la cual miembros del Ejército vigilaron a dirigentes de la izquierda y a algunos de los negociadores del Gobierno con las FARC en el diálogo que se lleva a cabo en Cuba.

Las primeras medidas del Gobierno llevaron a que fueran relevados de sus cargos el jefe de Inteligencia del Ejército, el general Mauricio Ricardo Zúñiga, y el director de la Central de Inteligencia Técnica del Ejército, el general Óscar Zuluaga.

Santos advirtió que los resultados de las investigaciones por el presunto espionaje ilegal, a cargo de la Justicia Penal Militar y la Fiscalía General de la Nación, deben conocerse la próxima semana.

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