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La UE demanda elecciones en Egipto "lo antes posible"

  • Un país dividido vuelve a medir sus fuerzas en la calle. El Estado sigue sin nombrar a un primer ministro tras el tanteo del Nobel El Baradei.

La jefa de la diplomacia de la UE, Catherine Ashton, pidió ayer que, tras el golpe de Estado del pasado día 3 que derrocó al presidente Mohamed Mursi, se inicie en Egipto un proceso pacífico en el que participen todas las fuerzas políticas y que culmine en la celebración de elecciones "lo antes posible".

"La UE hace un llamamiento a todas las partes para que inicien de inmediato un proceso que mantenga las libertades civiles y permita a todos los líderes políticos iniciar un diálogo integrador, que lleve a la celebración de unas elecciones en el menor tiempo posible", afirmó Ashton en un comunicado.

La jefa de la diplomacia comunitaria consideró que la confrontación "no puede ser la solución a los problemas a los que se enfrenta Egipto" y recalcó que el país sólo podrá encontrar de nuevo "el camino a la democracia y la estabilidad" sobre la base de un diálogo con la participación de todos.

Por otra parte, Ashton hizo un llamamiento a que se pongan fin los enfrentamientos entre los partidarios y los detractores del depuesto presidente Mursi. "Los acontecimientos en Egipto en los últimos días, en particular la confrontación que ha producido tantos muertos y heridos, son motivo de grave preocupación para los europeos, y dan incluso una mayor urgencia a nuestra petición de que se ponga fin ya a la violencia", dijo.

Ashton aseguró que los Veintiocho harán "todo lo que puedan para apoyar los esfuerzos para que se mantenga la calma y que se extienda la paz social y política en todo Egipto". Éste es el mensaje que, aseguró, ha trasladado tanto ella como el representante de la UE para el Norte de Africa, el español Bernardino León, a los líderes egipcios con los que ha mantenido contacto recientemente, incluidos los Hermanos Musulmanes.

Ayer, una jornada más, partidarios y detractores del golpe militar volvieron a medir sus fuerzas con multitudinarias manifestaciones en El Cairo que plasman la división del país. Los islamistas trataron de intensificar su exigencia de que Mursi regrese al poder acudiendo en masa a distintos puntos de la ciudad, como la plaza Rabea Adauiya o la sede de la Guardia Republicana (la unidad militar de escolta y protección del presidente de Egipto), donde creen que puede hallarse retenido.

Pero los defensores del golpe, convocados por el movimiento Tamarrud (Rebelión, en árabe), respondieron abarrotando la famosa plaza Tahrir en defensa del nuevo presidente interino, Adli Mansur, cuya dimisión pidió ayer el grupo salafista Gama Islamiya, aliado de Mursi. El cisma social egipcio se ha cobrado 35 vidas en cinco días y hace temer un deterioro de la situación. El presidente ruso, Vladímir Putin, aseguró ayer que Egipto se encamina hacia una guerra civil como en Siria. "Me gustaría que pudiera evitar ese destino", dijo.

La inestabilidad se filtra también a la escena política. Y es que el país se acostó el sábado con un nuevo primer ministro, Mohamed El Baradei, cuyo nombramiento había anunciado la agencia estatal, Mena, y se despertó sin él, aparentemente por el rechazo salafista a la decisión.

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