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Estados Unidos acusa al filtrador de Wikileaks de "ayudar al enemigo"

  • Un tribunal militar decidirá si el soldado Manning reveló más de 700.000 documentos secretos al grupo de Julian Assange.

El proceso contra el soldado Bradley Manning, que filtró 700.000 archivos secretos del Gobierno estadounidense a Wikileaks, comenzó ayer ante un tribunal militar en Fort Meade, cerca de Washington, tres años después de su detención cuando era analista de inteligencia en Iraq.

Manning, de 25 años, compareció sentado entre miembros de su equipo de defensa mientras la acusación comenzó su alegato.

Por parte de la acusación, el fiscal militar Joe Morrow tomó la palabra para afirmar que las acciones de Manning hicieron que el "enemigo" lograra hacerse con la información filtrada.

"Éste es un caso sobre un soldado que extrajo sistemáticamente información y que, literalmente, la lanzó por internet a las manos del enemigo", sostuvo el fiscal militar.

Durante su alegato inicial, el fiscal también afirmó que Manning, que tenía 22 años cuando -como él mismo ha confirmado- filtró cientos de miles de documentos militares y diplomáticos, se comunicó de forma directa con el fundador de Wikileaks, Julian Assange, en relación con los datos liberados.

Manning además no respetó a sus superiores, violó el juramento que hizo como analista de inteligencia acerca de no revelar secretos e ignoró el peligro que creó al filtrar los datos, agregó Morrow.

Al soldado se le acusa, entre otros cargos, de "ayuda al enemigo". De ser declarado culpable de los más de 20 cargos que afronta, podría recibir 20 años de prisión o incluso la cadena perpetua, ya que la fiscalía decidió desde un primer momento renunciar a la posibilidad de una condena a muerte que prevé la gravedad de las acusaciones que pesan sobre Manning.

Manning por su parte ha ofrecido declararse culpable de diez de los cargos menores que pesan sobre él, y por los que la pena máxima que recibiría sería de 20 años, pero la Fiscalía insiste en que responda por todas las acusaciones.

Antes del inicio del juicio, Manning ya admitió que extrajo cientos de miles de documentos confidenciales durante la misión que cumplió en Iraq y se los hizo llegar a Wikileaks.

En una declaración que leyó durante una de las audiencias previas al juicio, a finales de febrero, Manning dijo que su objetivo con las filtraciones era "provocar un debate interno sobre el papel de la política militar y exterior" de Estados Unidos. Asimismo, dijo que estaba convencido de que los documentos revelados "no dañarían a Estados Unidos, pero sí serían embarazosos".

Una de las cuestiones clave del caso es demostrar si la información filtrada realmente dañó la seguridad nacional estadounidense, tal como afirma la Fiscalía, o no, como considera la defensa de Manning y sus seguidores, que el sábado celebraron una multitudinaria protesta frente a Fort Meade en apoyo del joven soldado.

En este sentido, su abogado principal, David Coombs, sostuvo una vez más que Manning seleccionó la información filtrada porque estaba convencido de que debía ser hecha pública. En referencia a la a corta edad de su cliente en el momento de los hechos, 22 años, Coombs afirmó que su defendido era "joven e ingenuo pero bien intencionado".

Se estima que el juicio durará hasta 12 semanas y podría involucrar a cientos de testigos, entre ellos 24 que hablarán a puertas cerradas, según la decisión de la juez, la coronel Denise Lind.

La juez está a cargo del consejo de guerra por decisión de Manning, que tenía la opción de ser juzgado ante un tribunal conformado por tres magistrados o uno solo.

Según The Washington Post, en la lista de testigos llamados a declarar en esta primera jornada de juicio figura el ex compañero de habitación de Manning, así como dos de los agentes especiales que inspeccionaron las instalaciones en Iraq donde el joven soldado realizó las filtraciones.

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