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Los chinos de la etnia Han salen a la calle a la caza de los uigures musulmanes

  • Les acusan de haber cometido más de un centenar de asesinatos durante las protestas del pasado domingo. Desde Pekín se culpa a la candidata al Nobel de la Paz, Rebiya Kadeer.

Los chinos de la etnia Han han salido a la calle armados con garrotes, porras eléctricas, machetes y otras armas en la capital de Xingiang, Urumqi, a la caza de los uigures musulmanes, a quienes acusan de haber cometido una masacre durante las protestas del domingo pasado, donde hubo 156 muertos y más de mil heridos, la peor revuelta en China en veinte años.

"El gobierno no va a hacer justicia, no nos queda más remedio que ocuparnos nosotros de eso", ha explicado uno de estos airados Han, quien ha añadido que las fuerzas armadas, que tienen tomada la ciudad, y que se encuentra bajo ley marcial desde el domingo y con toques de queda por la noche, no reprimirán a los uigures por miedo a la reacción internacional. Pero los soldados han hecho hoy poco por detener a los enfurecidos Han, que marchaban cantando el himno nacional chino o corrían armados ante cualquier rumor de que un uigur había sido avistado.

La chispa del conflicto saltó en Cantón, sur de China, en junio, cuando un grupo de obreros uigures fueron linchados al ser acusados falsamente de haber violado a dos jóvenes de la localidad, y éstos mataron a dos miembros de la etnia e hirieron a otros 118. El pasado domingo un grupo de 300 estudiantes uigures convocaron una protesta para pedir justicia por ese linchamiento y empezaron a marchar, de forma pacífica, según diversas fuentes, desde la Plaza del Pueblo, congregando a miles, pero al llegar al bazar de Döng Körkük (Erdaoqiao, en chino), otro grupo de uigures violentos empezaron a atacar a gente de todas las etnias.

Sin embargo, la versión más extendida entre los Han que hoy buscaban venganza es que los dos grupos de uigures eran violentos, que procedían de ciudades como Kashgar y Yili y que asesinaron a más de 150 personas e hirieron a un millar en pocas horas. Los testigos más informados sobre la protesta dicen no saber explicar el alto número de muertos, menos en el barrio uigur, donde la versión es que el ejército cargó contra todos: uigures, han y el resto de minorías de la capital.

Se trata de la segunda revuelta étnica en un año en China, después de que en 2008 Pekín reprimiera otra similar en el Tíbet, con 22 muertos según datos oficiales, donde al igual que en Xinjiang, en las últimas décadas, el número de colonos chinos ha aumentado y se han hecho con la economía local. Como alertaran entonces los analistas, esta violencia demuestra que las políticas étnicas del gobierno del Partido Comunista de China han fracasado. Sin embargo, Pekín a la candidata al Nobel de la Paz, Rebiya Kadeer, exiliada en EEUU desde 2005.

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