La joven Organización para la Prohibición de Armas Químicas (OPAQ), encargada de eliminar estos arsenales con el apoyo de los 189 estados miembros, ha realizado un trabajo silencioso desde 1997 hasta que la crisis siria le otorgó un papel protagonista.

Técnicos de la OPAQ se encuentran en estos momentos en territorio sirio para proceder a la destrucción de las armas químicas en poder del régimen de Bashar al Asad, quien anunció que su país firmará la Convención contra las Armas Químicas el lunes.

Si da ese paso, Sudán del Sur, Angola, Egipto y Corea del Norte estarán fuera de la citada Convención, aunque Israel y Myanmar la firmaron en 1993 y todavía no la han ratificado. Sin embargo, el Comité Nobel hizo hincapié en que varios países, sí firmantes, no han cumplido el plazo para eliminar sus arsenales, que acabó en abril de 2012, y apuntó directamente a EEUU y Rusia.

La OPAQ, con sede en La Haya (Holanda), es la organización encargada de aplicar la Convención contra las Armas Químicas que entró en vigor en 1997 y sus principales tareas son la eliminación de los arsenales, la supervisión de este trabajo y la asistencia y el asesoramiento a los estados miembros.

Bajo esa Convención, siete países declararon poseer armas químicas -Albania, EEUU, Rusia, India, Iraq, Libia y un Estado que la OPAQ no identifica- y se comprometieron a destruir 71.196 toneladas de agentes químicos considerados extremadamente tóxicos.

Según la organización, Albania, la India y el Estado no identificado han destruido totalmente sus arsenales declarados.

En total se ha verificado la destrucción de 58.172 toneladas de agentes químicos, el 81,71% del arsenal declarado en el mundo.

La organización ha verificado la destrucción de 4,97 millones de municiones y contenedores químicos, el 57,32% de los 8,67 millones declarados.

Desde 1997, la OPAQ ha realizado 5.286 inspecciones en 86 países miembros y visitó en 2.731 ocasiones los 228 polígonos declarados, con lo que están inventariadas todas las armas que los estados miembros han dicho poseer.

Según la organización, dirigida desde 2010 por el diplomático turco Ahmet Üzümcü, todas las instalaciones declaradas de producción de armas químicas han sido desactivadas.