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La inmunidad de Berlusconi se pone a prueba

  • Los italianos están convocados hoy y mañana a otros tres referendos clave

Los italianos están llamados a votar hoy y mañana en cuatro referendos sobre temas clave como la gestión del agua, la energía nuclear y la ley del legítimo impedimento, uno de los escudos judiciales de Silvio Berlusconi, percibidos como un nuevo test sobre el apoyo al primer ministro.

Una de las principales incertidumbres que rodea a la cita es si se alcanzará el quórum para que las consultas sean válidas, puesto que por ese motivo en los últimos 16 años ningún plebiscito de los celebrados en el país logró salir adelante.

Mientras que desde los grupos de activistas contra la energía nuclear y de la oposición de centroizquierda, promotora de los plebiscitos, se intenta que la gente acuda a votar, desde el Gobierno se promueve activamente la abstención.

Berlusconi ya ha anunciado que no acudirá a votar, al igual que lo han hecho numerosos representantes de su partido, el Pueblo de la Libertad (PDL), demostrando así su oposición a los referendos, en especial el que se refiere a la energía nuclear, que el Gobierno intentó frenar con un recurso ante Tribunal Constitucional.

El Ejecutivo conservador decidió a principios de 2010 volver a la energía nuclear, tras 24 años sin producirla, en una resolución que posteriormente fue refrendada por el Parlamento.

Sin embargo, tras la catástrofe de Fukushima (Japón) del pasado marzo, el Ejecutivo italiano aparcó sus planes hasta que haya una "aclaración" sobre el futuro de esta energía en el seno de la Unión Europea.

Una acción que la oposición atribuyó a un interés por detener la convocatoria del referéndum para evitar un nuevo rechazo del pueblo italiano a este tipo de energía, como el que se produjo en 1987 tras el accidente de Chernóbil (Ucrania).

El Supremo consideró que la nueva ley promovida por el Gobierno, pese a aparcar los planes de energía nuclear, no excluía que en un futuro se pudiera volver a producir este tipo de energía, por lo que dictaminó la celebración del referéndum, una decisión que después fue apoyada por el Constitucional, pese al recurso del Ejecutivo.

Además de la vuelta a la energía nuclear, también se decidirá sobre la privatización de los servicios de suministro del agua, sobre la determinación de las tarifas del servicio hídrico y sobre el "legítimo impedimento", la norma que permite a Berlusconi y a sus ministros ausentarse de las vistas de los juicios en su contra alegando motivos de agenda institucionales.

Las cuatro consultas adquieren una especial relevancia puesto que llegan en un momento delicado para Il Cavaliere, después de que su partido perdiera la alcaldía de Milán en las últimas elecciones municipales, celebradas en mayo, tras 20 años de gobierno conservador en la capital lombarda.

La pérdida de Milán, uno de sus feudos tradicionales, y de prácticamente todas las ciudades importantes del norte de Italia, unido a su intento fallido de lograr la alcaldía de Nápoles, supuso un duro revés político para Berlusconi, que había planteado los comicios como un plebiscito a su Gobierno, y abrió una crisis con sus socios de la Liga Norte, que mostraron su descontento con el primer ministro al que incluso llegaron a hacer responsable de la pérdida creciente de votos en el norte italiano.

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