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El liderazgo 'tory', entre la intriga y la traición

  • Gove, amigo íntimo de Johnson, le cortó el camino a Downing Street

Como las mejores tragedias de Shakespeare, la lucha por el liderazgo conservador británico está marcada por la intriga y la traición, después de que Boris Johnson rehusara presentarse al entrar en la batalla su gran amigo Michael Gove. Abanderado del Brexit, el ex alcalde de Londres era el favorito para hacerse con el liderazgo tory después de que el primer ministro, David Cameron, se viera forzado a dimitir al perder el referéndum.

Carismático como pocos, con un sentido del humor ocurrente y cercano con la gente, tenía casi despejado el camino para entrar como inquilino en el 10 de Downing Street tras el triunfo del Brexit, que ha provocado un terremoto político en el Reino Unido. Pero, de manera inesperada y a horas de cerrarse el plazo para presentar las candidaturas conservadoras, el ministro de Justicia, Michael Gove, le cortó el camino al colocar su nombre entre los aspirantes y criticar a Johnson.

Este devastador paso de Gove obligó al antiguo alcalde a optar por no apuntarse al liderazgo. Su viejo amigo de la Universidad de Oxford, al que conoce desde hacía 30 años y con el que trabajó codo con codo en la campaña del plebiscito, cometió una gran traición, caricaturizada después por una prensa británica ingeniosa y sin escrúpulos. Los rotativos hablaron de los "cuchillos" afilados de Gove, al que calificaron de "traidor jefe", mientras los dos fueron motivo de las más despiadadas caricaturas, como una de The Times en la que se ve a Johnson sosteniendo con cariño a un pez con los ojos y las gafas de Gove, pero en el dibujo siguiente aparece el "inocente" vertebrado comiéndose la cabeza del ex alcalde. O la portada de Metro, que comparó la traición de Gove con escenas de Juegos de tronos.

El sorprendente giro que dio el proceso de candidaturas sacó a la luz el alcance de las disputas internas conservadoras, el egocentrismo de los políticos y las luchas fratricidas en los pasillos del Palacio de Westminster, sede del Parlamento. Como en House of Cards, la miniserie británica en la que el maquiavélico político tory Francis Urquhart traiciona a su primer ministro, la batalla de los conservadores está aparentemente marcada por alianzas interesadas.

La ambición ha podido con la lealtad, como en la tragedia shakesperiana de Julio César, quien al verse atacado por sus conspiradores le dijo a su más estrecho colaborador: "¿Tú también, Bruto?".

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