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Los líderes mundiales no logran un pacto global contra el cambio climático

  • La segunda jornada de la cumbre del G-8, abierta a las potencias emergentes, fracasa al intentar fijar un porcentaje para la reducción de emisiones · En comercio y economía sí se establecen compromisos

La segunda jornada de la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno del G-8 en la ciudad italiana de L'Aquila concluyó ayer con nuevos compromisos en materia de comercio y economía pero sin un consenso total sobre las medidas a adoptar ante el cambio climático.

La entrada de las llamadas potencias emergentes del Grupo de los Cinco (G-5), entre ellas México y Brasil, en las reuniones de la cumbre supuso que el acuerdo que la víspera alcanzó el G-8 sobre la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero ayer tuviera muchas más dificultades para encontrar el refrendo de los bautizados como "más pobres".

De hecho, ayer concluyó con un acuerdo en cuanto al límite en dos grados centígrados para el calentamiento global, pero sin una cifra exacta en la reducción de los gases nocivos, una cuestión que se deja para los próximos meses y que será abordada en la Cumbre Mundial sobre el Clima de diciembre en Copenhague.

El secretario general de la ONU, Ban Ki-Moon, también presente en L'Aquila, se mostró "insatisfecho" con la falta de acuerdos concretos en materia de reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero entre todos los países reunidos en la ciudad italiana, ricos y pobres, pero aplaudió el compromiso que los más ricos (EEUU, Japón, Canadá, Francia, Italia, Alemania y el Reino Unido), más Rusia, alcanzaron el miércoles en su apuesta por reducir al 50% las emisiones de gases e, incluso, por encima del 80% si se trata de países desarrollados.

Ban anunció una conferencia internacional sobre cambio climático en Nueva York que se celebrará el 22 de septiembre, en vísperas de la cumbre del G-20 en la ciudad estadounidense de Pittsburg.

Un mayor consenso fue el que se logró en materia de economía, con un acuerdo entre los miembros del Foro de las Economías Principales (FEP), que forman el G-8, el G-5 más Indonesia, Corea del Sur y Australia, para cerrar con una "conclusión ambiciosa y equilibrada" las negociaciones de la Ronda de Doha -una iniciativa de la Organización Mundial del Comercio (OMC) de 2001 para reducir barreras comerciales en el mundo- para 2010.

A fin de impulsar la liberalización del comercio internacional y la lucha contra la crisis, los 16 países lograron sellar ayer varios compromisos en materia económica.

El acuerdo para cerrar la Ronda de Doha para 2010 no supone ningún compromiso concreto en la liberalización del comercio de productos agrícolas, que hasta ahora han bloqueado las negociaciones. Sin embargo, los líderes del FEP destacaron la voluntad de desbloquear las negociaciones y anunciaron, además, que durante las reuniones se han alcanzado otros compromisos, como el de "no recurrir a la devaluación de las monedas nacionales" como método para fomentar sus exportaciones.

Además del avance en las negociaciones comerciales, los estados reunidos en la cumbre, cuyos sesiones se ampliarán hoy a más países, entre ellos España, se comprometieron a reformar la legislación financiera y reestructurar las instituciones internacionales.

Los líderes mundiales reunidos en L'Aquila, epicentro del terremoto que en abril causó 299 muertos, afirmaron desde el inicio de la cumbre el miércoles que constataron una mejora de la economía global, aunque advierten de que todavía existen peligros.

El director gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Dominique Strauss-Kahn, anunció ayer en una rueda de prensa celebrada en la sede de este G-8 que prevé que el año próximo el paro siga aumentando, que es posible que lo haga también en 2011 y que el pico del desempleo está aún por llegar. "Pase lo que pase con los tiempos de la recuperación, más largos serán los efectos sobre el mercado del trabajo", dijo.

En este sentido, el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, anfitrión de la cumbre como presidente de turno del G-8, insistió en que el componente humano de la crisis sigue siendo una de las principales preocupaciones para los líderes mundiales, que se plantean la institucionalización de un G-14, formado por el G-8, más el G-5 y Egipto.

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