Crisis de gobierno en Francia

Macron hace una mínima remodelación tras la dimisión de dos ministros

  • La reforma se esperaba de calado para remontar su desmoronamiento en las encuestas

  • Apuesta por un leal en Ecología ante la salida del popular Hulot

El ministro francés de Transición Ecológica, Nicolas Hulot , que dimitió el 28 de agosto, en una imagen reciente.

El ministro francés de Transición Ecológica, Nicolas Hulot , que dimitió el 28 de agosto, en una imagen reciente. / CHRISTOPHE PETIT TESSON / Efe (París)

El presidente francés, Emmanuel Macron, apostó este martes por colocar al frente del Ministerio de Ecología a un leal, François de Rugy, hasta ahora presidente de la Asamblea, ante la espantada del popular Nicolas Hulot, en la que supone su primera crisis de Gobierno desde las legislativas del verano de 2017.

En la misma tanda, reemplazó a la titular de Deportes, la ex campeona de esgrima Laura Flessel, por otra antigua deportista de éxito, la ex nadadora de origen rumano Roxana Maracineanu, después de que la primera anunciara por sorpresa su renuncia a primera hora de la mañana del martes alegando "motivos personales".

Macron apostó por el mínimo cambio posible, ante los rumores que apuntaban a que emprendería una remodelación de calado en un momento en el que su popularidad se desmorona a niveles tan bajos como los que tuvo su predecesor, el socialista François Hollande.

Prefirió mantener el rumbo, sustituir a los dimisionarios y no aprovechar para dar un vuelco al Gobierno a menos de un año para unas elecciones europeas que se anuncian claves y tras los inconvenientes de los últimos meses.

Suplir a un peso pesado como Hulot, un hombre muy popular, ex presentador de televisión, con mucho predicamento en los medios ecologistas y con un innegable peso, era todo un desafío para el presidente, poco habituado a que le den la espalda.

Lo intentó con el líder de Mayo del 68 Daniel Cohn Bendit, otra personalidad política de la defensa del medio ambiente, pero finalmente decidió no correr riesgos y colocar a una figura de perfil más moderado, pero que le asegura respaldo a su línea política.

Cuando unas semanas después de su victoria en las presidenciales de 2017 Macron puso la decisiva cartera de Medio Ambiente en manos de Hulot se aseguraba un respaldo de muchos quilates y daba a su Ejecutivo un marcado perfil ecologista, clave en un momento en el que Francia pretende liderar la lucha contra el cambio climático.

Pero las tensiones fueron constantes en el seno de un Gobierno en el que el ecologista apenas acallaba sus discrepancias mientas veía que sus luchas no avanzaban. En particular, su cruzada contra la energía nuclear, que él mismo reconoció que no encontraba eco entre sus colegas de gabinete.

La semana pasada, sin prevenir al Elíseo, anunció su renuncia, la primera que le caía sobre la mesa a Macron, obligado a reaccionar.

El presidente apostó finalmente por De Rugy, de mucho menor calado pero que atesora 25 años de lucha ecologista, que le llevó a dirigir el grupo parlamentario de Los Verdes.

De ahí pasó a alinearse con los socialistas de Hollande e, incluso, a participar en las primarias que ese partido organizó en 2017 para elegir al candidato a las presidenciales de ese año.

Quinto de los siete candidatos, no respetó el compromiso de apoyar al ganador, Benoit Hamon, y pronto pidió el voto para Macron, un respaldo que le valió una candidatura en las legislativas y, tras ser elegido diputado, la presidencia de la Asamblea.

El salto al Ejecutivo le coloca como número 3 del Gobierno y al frente de uno de los temas estrella del mandato de Macron, la transición ecológica, aunque a priori tendrá menos peso que su antecesor para imponer las tesis más ecologistas.

En su agenda figura el calendario de cierre de centrales nucleares, el fomento de las renovables, la reforma de los transportes o la introducción de osos en los Pirineos, asuntos en los que Hulot no logró el respaldo que esperaba.

Si la sustitución de Hulot era esperada, la de Flessel no aparecía en las previsiones antes de que, a primera hora de la mañana, la titular de Deportes anunciara su dimisión.

Considerada una de las artífices de la exitosa candidatura de París para acoger los Juegos Olímpicos de 2024, pone fin a su corta inclusión en la vida política para volver a dedicarse a las asociaciones en las que participaba.

En su puesto Macron ha situado a Roxana Maracineanu, otra mujer, como Flessel, procedente de la inmigración y, al igual que su antecesora, deportista de éxito.

A una doble campeona olímpica de esgrima le sucede una medallista de plata de 200 metros espalda, la primera francesa campeona del mundo en la piscina, que ya tiene experiencia política, puesto que fue consejera en la región de París por el Partido Socialista. 

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