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Un nuevo intento de reconciliación

  • Mahmud Abbas y Benjamin Netanyahu se reúnen en Washington para relanzar las conversaciones directas de paz · Hillary Clinton espera que el proceso pueda culminar exitosamente "en un año"

Palestinos e israelíes se reunirán hoy en Washington en un nuevo intento por acercar sus hasta ahora irreconciliables posturas. Un esfuerzo auspiciado una vez más por un EEUU que, bajo la batuta de Barack Obama, espera, frente a un escepticismo generalizado, conseguir algo en lo que fracasaron todos sus predecesores, una paz "duradera" en Oriente Próximo.

Según anunció la secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, y el presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Mahmud Abbas, relanzarán en la capital estadounidense las conversaciones directas "sin condiciones previas" y con el objetivo de que el proceso pueda culminar exitosamente "en un año".

Ayer, Obama mantuvo reuniones bilaterales con los principales actores, así como con los otros invitados, el presidente de Egipto, Hosni Mubarak, y el rey de Jordania, Abdalá II. El mandatario norteamericano inauguró el encuentro con una advertencia contra el movimiento islamista Hamas tras el asesinato de cuatro colonos judíos, un hecho que ensombreció la histórica cita.

El atentado en Cisjordania es una "masacre absurda" que no hará fracasar el diálogo directo, el primero en 20 meses, declaró Obama poco después de recibir a Netanyahu, el primero de los protagonistas en ser recibido en la Casa Blanca. "Quiero que todo el mundo sepa que Estados Unidos no reducirá su apoyo a la seguridad de Israel, y que rechazaremos ese tipo de actividades terroristas", agregó.

"Es necesario que Hamas, y cualquier otro que reivindique este tipo de crímenes odiosos, comprenda que no nos impedirán garantizar la seguridad de Israel ni llegar a una paz duradera", advirtió el presidente.

Netanyahu aseguró por su parte que quería poner fin al conflicto de "una vez por todas".

Por otro lado, el primer ministro explicó el martes a Clinton que su Gobierno no prolongará la suspensión de la construcción de nuevos asentamientos en Cisjordania cuando expire el plazo del 26 de septiembre, indicó su oficina.

Tras 62 años de conflicto y varios fracasos, Estados Unidos cree hoy en una solución de dos estados en el plazo de un año, dijo el martes el enviado para Oriente Próximo, George Mitchell, tras anunciar una "presencia activa y sostenida" de EEUU en las negociaciones. Es una perspectiva "realista", afirmó, y reconoció que "muchos tienen una opinión contraria".

La situación en el terreno se deterioró y parecía alimentar ese pesimismo. El atentado del martes cerca de Hebrón, reivindicado por Hamas, en el que fallecieron cuatro colonos israelíes, puso en aprietos a la Autoridad Palestina, que denunció el hecho.

"Nuestras fuerzas fueron declaradas en estado de alerta máxima por temor a nuevos atentados", dijo a la agencia AFP un portavoz militar israelí, precisando que estas medidas extremas de vigilancia "no necesitaron el despliegue de refuerzos o la instalación de retenes suplementarios".

A comienzos de año, Obama confesó a la revista Time que había "sobrestimado" la influencia de EEUU en el proceso de paz y que se arrepentía de haber creado expectativas sobre el relanzamiento de las conversaciones.

Seis meses más tarde, el presidente norteamericano y Netanyahu se mostraron sonrientes y unidos durante un encuentro en Washington, tras un período de fuertes desavenencias diplomáticas. Sin embargo, a nadie le pasó desapercibido la falta de sintonía entre los dos líderes.

Por su parte, los expertos se mostraron convencidos de que puede haber "esperanza" para el proceso, pese a los fracasos previos. El profesor de Política de la Universidad de Nueva York Alon Ben-Meir consideró que, aunque todas las partes son conscientes de lo que está en juego, un fracaso "no sólo retrasaría un acuerdo de paz", sino que "erosionaría gravemente la credibilidad de Obama". "Ni Israel, ni EEUU ni los estados árabes se pueden permitir un fracaso así en esta especial coyuntura, sobre todo cuando continúa la guerra en Afganistán, la violencia sigue campando en Iraq, hierve la tensión entre Israel y el Líbano e Irán se apresura hacia la adquisición de armas nucleares", afirmó.

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