François Hollande aseguró este viernes, poco después de su intervención televisiva para todo el país, que Francia "no tendrá piedad" con los terroristas que han cometido esta terrible cadena de atentados en el que murieron más de 150 personas en diversos puntos de la capital del país. A su llegada a uno de los focos donde se concentró con mayor crudeza gran parte del horror, la sala Bataclan, el presidente de la República garantizó que Francia "no se dejará impresionar ante lo sucedido".

El presente año ha sido uno de los peores años para el país vecino en materia de ataques terroristas. El 7 de enero, dos yihadistas atacaron la sede de Charlie Hebdo, después de que este semanario satírico publicara una viñeta de Mahoma -en la que el Profeta se declaraba espantado por las acciones del autodenominado Estado Islámico- que los atacantes consideraron ofensiva. Once personas murieron en el atentado, que dejó también 11 heridos. El día siguiente, 8 de enero, un policía murió y otro resultó herido en un tiroteo en la periferia de París, en un lance de nuevo con el sello yihadista que se repitió ese mismo día en un restaurante cercano a una mezquita en Villefranche sur Saone (este del país), esta vez sin fallecidos.

En junio se produjo la decapitación de un empleado de en una fábrica de productos químicos en Isère, mientras que en agosto un individuo disparó e hirió a tres personas en un tren que cubría la ruta entre Amsterdam y París, aunque afortunadamente fue reducido por varios pasajeros antes de que pudiese perpetrar el el baño de sangre que pretendía llevar a cabo.