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El presidente de Ucrania ofrece diálogo pero recurre a la mano dura en Kiev

  • Yanukovich aprueba celebrar una mesa redonda nacional entre Gobierno y oposición La Policía dispersa por la fuerza a los manifestantes que bloqueaban los edificios públicos de la capital

El presidente de Ucrania, Viktor Yanukovich, abrió ayer una ventana al diálogo con la oposición, pero no renunció a la mano dura, ya que la Policía dispersó por la fuerza a los manifestantes que bloqueaban los edificios públicos en Kiev.

Yanukovich dio una de cal al aprobar la celebración de una mesa redonda nacional entre Gobierno y oposición para encontrar una "solución de compromiso" tras 20 días de protestas antigubernamentales. Pero también dio una de arena, ya que los efectivos antidisturbios y las tropas del Ministerio del Interior desbloquearon las sedes del Gobierno y de la Administración Presidencial acordonadas por centenares de opositores.

En opinión de Yanukovich, "la mesa redonda puede ser una plataforma para el entendimiento", según informó la Presidencia en un comunicado en su página web.

La propuesta pertenece al primer jefe de Estado de la Ucrania independiente, Leonid Kravchuk, de quien también partió la iniciativa de celebrar una reunión entre los cuatro presidentes para abordar la situación en el país que tendrá lugar hoy. Recientemente, los tres anteriores presidentes de Ucrania, Kravchuk, Leonid Kuchma y Viktor Yuschenko, expresaron en una carta abierta su apoyo a las protestas populares, cuyo detonante fue la renuncia de Kiev a firmar un Acuerdo de Asociación con la UE.

El líder parlamentario del principal partido opositor, Batkivschina (Patria), criticó la oferta de diálogo por coincidir con la movilización de miles de efectivos antidisturbios y del Ministerio del Interior.

La oposición demandó el fin de semana como condición para el diálogo la dimisión del Gobierno, la liberación de los manifestantes detenidos y el castigo de los que ordenaron la represión violenta de las manifestaciones pacíficas. Tras el cumplimiento de esas condiciones, la oposición estaría dispuesta a hablar con las autoridades para formar un Gobierno técnico que se encargaría de negociar la asociación con la UE y convocar elecciones presidenciales y parlamentarias anticipadas, una vez reformada la Constitución.

Ayer se cumplía el plazo que la Policía de la capital dio a los manifestantes para desalojar el Ayuntamiento y desbloquear el Gobierno, la Administración Presidencial y la Rada Suprema (Legislativo). Por ello, miles de efectivos de la Policía y de antidisturbios fueron desplegados por la mañana en lugares estratégicos de la capital y, tras varias horas de tensión, procedieron a dispersar a los manifestantes que se concentraban en las calzadas e impedían el tráfico en las arterias más importantes de Kiev.

La Policía justificó su acción por las numerosas protestas de los vecinos, que se quejaban de la imposibilidad de desplazarse en sus vehículos debido al bloqueo de las principales calles del centro.

Aunque la Policía dispersó sin contemplaciones las concentraciones de opositores, no se produjeron enfrentamientos violentos entre antidisturbios y manifestantes, como sí ocurrió el pasado día 1.

Yanukovich se había reunido con los responsables de las fuerzas de seguridad, con los que abordó la "devolución de la situación a su cauce constitucional".

La oposición se preparó también para defender la plaza de la Independencia, corazón del movimiento de protesta, y llamó a todos sus partidarios a acudir urgentemente a las barricadas.

El partido Batkivschina denunció que los antidisturbios irrumpieron por la fuerza en la sede de la formación de la encarcelada ex primera ministra Yulia Timoshenko y destruyeron numerosos equipos técnicos, aunque este incidente fue negado por la Policía.

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