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Los socialistas insisten en que la continuidad de Barroso es un error

  • La izquierda del Parlamento Europeo se niega a refrendar al candidato portugués al que acusa de ser un mero "peón" en manos de las grandes potencias

El grupo socialista en el Parlamento Europeo reiteró ayer su "rechazo total" a la reelección de José Manuel Durao Barroso para un segundo mandato al frente de la Comisión Europea y se niega a que el tema entre en la agenda del pleno de la Eurocámara el próximo 14 de julio.

En ese sentido, el líder del grupo parlamentario socialista en la Eurocámara, Martin Schulz, quien fue la semana pasada reelegido en ese cargo, reiteró que Barroso es una "pésima elección" y subrayó que el respaldo político que obtuvo el conservador luso en el pasado Consejo Europeo de Bruselas "fue equivocado".

"La decisión de los jefes de Estado y Gobierno (de los 27 socios) a favor de Barroso fue errónea", remachó. "No tenemos intención de aceptar que la votación sobre Barroso se produzca el 14 de julio", subrayó Schulz.

El grupo conservador en la Eurocámara, el más numeroso, encabezado por el Partido Popular Europeo, reclama que la cuestión se dirima cuanto antes, el 14 de julio, a favor de Barroso.

La semana pasada, los líderes de los 27 socios de la UE brindaron su apoyo político unánime a Barroso, aunque no le designaron de forma oficial para el cargo.

Se da la paradoja de que mientras la mayor parte de líderes socialistas o socialdemócratas de la UE, entre ellos el presidente del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, o el premier laborista británico, Gordon Brown, apoyan a Barroso, el grupo socialista en la Eurocámara, el segundo más fuerte tras los conservadores, rechaza al portugués.

En el frente anti-Barroso se coloca de manera destacada el grupo de los Verdes. El histórico líder y símbolo de las revueltas estudiantiles parisinas de mayo de 1968, Daniel Cohn-Bendit, ha llegado incluso a formar un frente denominado Stop Barroso.

Socialistas y Verdes consideran al portugués un adalid del neoliberalismo y un "peón" en manos de las grandes potencias europeas, entre ellas Francia y Alemania. Ambos grupos reclaman "más Europa social", que ampare a los ciudadanos ante turbulencias financieras como las que padece el bloque.

Desde hace días se llevan a cabo conversaciones de pasillo y ejercicios de conspiración política entre bastidores entre representantes de la presidencia semestral checa de la UE y el Parlamento Europeo para determinar cuándo podría producirse la votación sobre Barroso.

En realidad entre telones, la negativa del Parlamento Europeo, sin cuyo beneplácito resulta imposible elegir al nuevo presidente de la Comisión, esconde el deseo de dejar bien clara la pugna de poder entre instituciones.

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