la crisis de oriente próximo El Supremo israelí exige criterios de equidad para todos los habitantes

Todos sospechosos, sin excepción

  • Los árabes-israelíes, el 20% de la población del Estado judío, luchan para evitar ser sometidos a estrictas y humillantes medidas de seguridad cuando pretenden abordar un vuelo en el aeropuerto Ben Gurion

Los ciudadanos árabes de Israel, el 20% de la población, se ven sometidos a estrictas y a menudo humillantes revisiones de seguridad en los aeropuertos del país, una práctica discriminatoria que se debate estos días en el Supremo.

Para las autoridades aeroportuarias, todos los árabes con ciudadanía israelí son automáticamente considerados una "amenaza a la seguridad", razón que aducen para llevar a cabo exhaustivos controles que apenas se hacen a los ciudadanos judíos.

Hace cuatro años, el abogado Auni Bana, de origen palestino y miembro de la Asociación para los Derechos Civiles en Israel (ACRI, por sus siglas en inglés), decidió combatir este fenómeno.

Elevó una demanda ante el Tribunal Supremo de Israel para que lidiara con lo que considera una flagrante discriminación basada en el "origen étnico o nacional de los pasajeros".

Bana pidió que se clarificaran las circunstancias por las cuales las revisiones en el aeropuerto internacional Ben Gurion, próximo a Tel Aviv, incurrían en la segregación de los ciudadanos árabes.

Este aeropuerto, el principal del país, es conocido por los incómodos chequeos e interrogatorios a extranjeros y, en particular, a palestinos residentes en los territorios ocupados.

Pero la demanda judicial se centra en la población árabe o palestina que quedó en el territorio donde se estableció el Estado de Israel en 1948 y, por tanto, con los mismos derechos que cualquier otro ciudadano del país.

Bana habla de las meticulosas y humillantes revisiones, que dice haber experimentado en persona y que comienzan desde el momento en que los responsables aeroportuarios descubren que es árabe; a veces, las revisiones pueden terminar en la puerta de acceso al avión.

"Todo empieza en la entrada principal del aeropuerto, cuando ven en mi DNI que soy árabe, me apartan de la fila y me hacen todo tipo de preguntas que nada tienen que ver con la seguridad para luego revisar cada artículo de mi maleta, mientras ves que el resto de pasajeros pasa sin problemas", describe a Efe.

El Supremo ya ha dictado una orden que instruía al Estado de Israel a que explicara en el plazo de 45 días porqué no puede desarrollar revisiones de seguridad siguiendo criterios de equidad, decisión que Bana considera ya de por sí un logro.

Durante las vistas preliminares, la presidenta del Tribunal, Dorit Beinisch, determinó que no había duda de que la discriminación de ciudadanos árabes en los chequeos era "ilegítima".

El abogado Dan Yakir, jefe del consejo legal de ACRI, aduce que "los agentes de seguridad cuentan con variedad de medios y métodos para efectuar las revisiones" y que "un Estado democrático no puede permitirse humillar al 20% de sus ciudadanos".

Los abogados insisten en que no se oponen al principio de las revisiones de seguridad, sino a "etiquetar" a todo un colectivo que representa casi un millón y medio de los habitantes de Israel.

Ante los que argumentan que existen razones para esos reconocimientos a la luz de los atentados perpetrados por árabes contra aviones de pasajeros, Bana subraya que ningún ciudadano árabe-israelí ha estado implicado en un sólo ataque de este tipo.

"Si fuese así, tampoco sería razón para clasificar a todo un grupo como amenaza", añade, y pone como ejemplo que Yigal Amir, el asesino del que fuera primer ministro de Israel Isaac Rabin.

Amir era judío de origen oriental pero por su crimen no se catalogó a todo ese colectivo como peligroso.

Bana aspira a que la máxima instancia judicial emita una sentencia que obligue a que las revisiones sigan estrictos criterios de uniformidad para todos los ciudadanos, independientemente de si son árabes o judíos.

Un funcionario de seguridad del aeropuerto lamentó la decisión de la corte y manifestó que "tras la tragedia de las Torres Gemelas el peligro aún no ha desaparecido. El Supremo está poniendo en riesgo la seguridad de los ciudadanos de Israel".

Pero Bana cree que no la cuestión no está relacionada con la seguridad sino en "cómo la mayoría quiere controlar a la minoría".

Advierte de que, si las autoridades "clasifican a los árabes como peligrosos, entonces los ciudadanos judíos también nos percibirán con suspicacia".

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