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ARCO 2015: Cualquier tiempo pasado fue mejor

  • Si hace unos años nos hubieran dicho que sólo habría tres representantes relacionados con Granada en la feria de Madrid no nos lo habríamos creído.

Si no fuera por Marina Vargas, presente en la galería Javier López, por Simón Zábell en Álvaro Alcázar y por el fotógrafo José Guerrero en la sevillana Alarcon-Criado, la presencia granadina en la edición de 2015 en la Feria de Arte Contemporáneo sería absolutamente nula. Increíble pero cierto. Si esto nos lo dicen hace unos años -no demasiados- sería prácticamente imposible poder, ni siquiera, llegar a considerarlo. Hemos asistido a ediciones de ARCO donde los artistas granadinos, nacidos o relacionados con Granada, eran referencias absolutas en muchos de los stands de galerías importantes de todo el territorio español, además de su presencia en aquella Sandunga, tan querida como recordada y tan echada de menos, donde Emilio Almagro ponía las bases con un trabajo serio, riguroso y apostando descaradamete por un arte nuevo, variado y con infinita proyección. Lo que se hacía en Granada por aquella pléyade de artistas importantísimos era valorado, solicitado y situado entre lo mejor del arte español contemporáneo.

¿Dónde está aquel grupo tan significativo formado por Ángeles Agrela, Paloma Gámez, Jesús Zurita, Santiago Ydáñez, José Piñar, Carlos Aires, Paco Pomet, Valeriano López, entre otros muchos? Su trabajo no sólo no ha decaído, sino que siguen ocupando significativas posiciones de altísima calidad artística. Pero las veleidades del arte pasan factura; las galerías han echado muchas su cierre, si no definitivo sí, al menos, duradero, por culpa de la crisis agobiante y desesperante; el mercado de lo artístico se ha resentido manifiestamente, ya las instituciones -públicas, sobre todo- no tiran de carteras ajenas gratuitamente buscando un digno lustre cultural y las compras, algunas indiscriminadas, han perdido vigencia porque las arcas, cuando no vacías, sólo poseen lo mínimo para necesidades más perentorias... y así, muchas situaciones a contracorriente; es decir, entre todos la mataron y ella sola se murió. La realidad es la que es, pero, aún así, no podemos dar crédito a lo que hay y no podemos entender que artistas tan importantes como existen se encuentran ajenos a una Feria que lo tuvo todo y, hoy, muestra demasiado poco. Por eso, nos resulta bastante descorazonador asistir a un ARCO con tan poca presencia granadina. Claro que, a juzgar por lo que tenemos en Granada, con el circuito expositivo por debajo de los mínimos, muy raramente podríamos esperar que se diera otra cosa

Haciendo un breve inciso en el relato de esta Feria con tan escasa manifestación de los artistas granadinos, cierta repercusión ha tenido en los corrillos artísticos de los pabellones 7 y 9 de IFEMA -ARCO promueve, como en todos los órdenes de la vida, muchos chismes y a veces resulta más edificante oír que mirar- los cambios de aire de nuestra Yolanda Romero, dejando el Centro José Guerrero para acceder al importante equipo de conservación del Banco de España; su esclarecedor trabajo a lo largo de muchos años no ha pasado inadvertido y, por eso, es uno de los puntales básicos del arte contemporáneo en nuestro país. Nosotros que, siempre, hemos creído y valorado todos los proyectos de la granadina, nos alegramos de la realidad de la que es una de nuestras más ciertas y ejemplares activos del arte español. Y tratando de Yolanda Romero, por lo que ha hecho en torno a la figura de José Guerrero, nos parece de muy poco sentido, cobrar la entrada a la exposición The presence of black del pintor granadino que se presentaba en el espacio de Caja Madrid en la Casa de las Alhajas. Poco, creemos, que vaya a suponer a la entidad los posibles ingresos obtenidos. De esta manera hace que muchos opten por no entrar, máxime con la oferta expositiva que existe en la capital de España.

Siguiendo con el relato de la descorazonadora poca presencia del arte granadino en ARCO, hay que constatar, asimismo, que sólo dos galerías andaluzas han ocupado espacios en los stands de la Feria. Cuando hace unos años, diez galerías se encontraban presentes -las sevillanas Rafael Ortiz, Félix Gómez, Cavecanen y Juana de Aizpuru, las gaditanas Carmen de la Calle, Magda Bellotti y Milagros Delicado, la onubense Fernando Serrano, la malagueña Alfredo Viñas y la granadina Sandunga-, ahora la nómina ha decaído hasta límites insospechados, con sólo Rafael Ortiz y Alarcón Criado. Claro que no podemos olvidar algo que, creo, dice mucho de cómo se encuentran las galerías andaluzas. Solamente estas dos son las que actualmente ofertan un trabajo de calidad y con las formas adecuadas que exige este medio. Por lo tanto no puede extrañarnos esta situación. Distinto es el poco número de artistas granadinos. Es algo poco comprensible. Pero está ahí y debemos señalarlo.

En cuanto a los tres artistas granadinos presentes en la ARCO 2015, hemos podido admirar los ilimitados horizontes artísticos de Marina Vargas, el inquietante paisaje de José Guerrero y el contenido análisis poético de Simón Zabell. Muy poco para tanto como existe.

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