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La Academia de Bellas Artes concede la Medalla de Honor al guitarrista Pepe Romero

  • La institución reconoce también la labor de la organista Montserrat Torrent y Serra nombrándola Académica de Honor

La Real Academia de Bellas Artes de Granada aprobó ayer en el pleno la concesión de la Medalla de Honor, de "forma unánime", al guitarrista malagueño Pepe Romero. La institución quiere con ello "resaltar los valores extraordinarios" que concurren en la persona de José Romero Gallego (Málaga, 1944), "un verdadero referente a nivel mundial de la guitarra clásica española", en palabras de la Academia Bellas Artes. Hijo del legendario guitarrista y compositor Celedonio Romero, quien fuera discípulo del célebre Joaquín Turina, la vida del brillante intérprete, desde que diera su primer concierto a los siete años en el Teatro Lope de Vega de Sevilla, ha venido marcada "por el mayor reconocimiento de la crítica y por el continuo agradecimiento de un público entusiasta".

Afincado desde su adolescencia en Estados Unidos, Romero ha sido profesor de guitarra española en varias universidades norteamericanas y recibido numerosas distinciones como premio a su extensa labor. De hecho, llegó a actuar en la Casa Blanca, además de en el Vaticano para el Papa Juan Pablo II, el príncipe de Gales, los ex reyes de España Juan Carlos y Sofía y la reina Beatriz de Holanda.

La Academia de Bellas Artes quiere destacar con el otorgamiento del galardón "su profunda vinculación con esta ciudad y con algunos compositores granadinos que han encontrado en sus manos la generosidad de un intérprete deslumbrante que ha sido capaz de conjugar, de forma magistral y como atributo esencial de su manera de entender la música, el virtuosismo y la sencillez en una incesante búsqueda de la belleza a través de la verdad".

La organista Montserrat Torrent y Serra (Barcelona, 1926) fue nombrada ayer Académica de Honor, en virtud también de un acuerdo unánime. Vinculada con esta Corporación como Académica Correspondiente desde 1995, su extensa y esencial labor como intérprete e investigadora, constituye un ejemplo irrepetible de compromiso personal y profesional con la música y la cultura españolas. Recibió desde muy niña clases de piano de su madre, Ángela Serra, discípula de Enrique Granados, ingresando posteriormente en el Conservatorio Superior Municipal de Música de Barcelona, donde desarrollaría hasta su jubilación una amplia labor como catedrática de órgano. Tras completar su formación en París y en Siena inició, junto a su actividad docente, una extensa carrera como intérprete que no resulta posible resumir en unas pocas líneas. El número y la importancia de los reconocimientos obtenidos a lo largo de su vida, demuestran la valoración de su obra como un referente básico del órgano en todo el mundo. Ha impartido clases magistrales en universidades de Estados Unidos y Canadá y en países como Francia, Alemania, Italia, Suecia o Inglaterra. Resulta obligado destacar su extraordinaria labor divulgativa y su interés especial en la recuperación órganos históricos y del órgano como instrumento musical popular.

La Real Academia de Granada quiere rendir, por último, "un sencillo homenaje añadido" a Celedonio Romero, padre de Pepe Romero y Ángeles Serra, madre de Montserrat Torrent, "porque ambos supieron trasladar a sus hijos el entusiasmo y la fuerza necesarias para su entrega y esfuerzo, en beneficio de nuestra música y de nuestra cultura".

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