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Andalucía, una escena potente en un escenario imposible

  • El presidente de Creadi dice que la mayoría de los empresarios de las salas están arruinados

La Asociación Estatal de Salas privadas de Música en Directo (Acces) nació en 2005 con tres líneas de trabajo bien definidas: el reconocimiento cultural de las salas como un elemento fundamental para el desarrollo de las músicas actuales, la diversidad cultural y la difusión de músicas minoritarias; la estructuración de un sector atomizado para fomentar el asociacionismo; y ser el portavoz del sector ante las instituciones y entidades de gestión.

Acces está constituida en la actualidad por otras asociaciones en cuya creación ha participado activamente, como la de Andalucía (Creadi). Para el congreso que comienza mañana en Granada se continuará con el trabajo de tutelaje y fomento de nuevas asociaciones y se seguirá insistiendo en el perjuicio originado por la subida del tipo impositivo del IVA al 21%, tema ya tratado en el anterior congreso. Otro punto importante de reflexión será la desigual política de acceso de los menores a las salas de música en vivo.

En clave local, el presidente de Creadi, Juanjo Laguna, afirma que, estudiando cómo funcionan los ayuntamientos con el tema de las licencias de apertura o los ruidos, tiene la sensación de que en Granada "se está siendo muy duro" con los locales de música en directo. "Es verdad que hay una ley que hay que cumplir, pero hay que valorar también que es un acto cultural de primer nivel y en otros lugares se consigue que la legalidad y la cultura convivan sin tantas sanciones y sin tanto rigor", afirma. "En el resto de ciudades de España es algo que se va asimilando, que un concierto es un acto equiparable a una exposición o una ópera, ir un sala de música en vivo no es acudir a un after", continúa Laguna para poner sobre la mesa el caso de la sala Polaroid, que ha tenido un 'encontronazo' con Medio Ambiente "porque el técnico que lleva el limitador de sonido no ha presentado un papel, cuando en un bar de copas que no se hace música no tiene todos los problemas que tenemos nosotros".

Según Laguna, en otras ciudades de Andalucía, caso de Sevilla no hay una relación ten cercana entre salas de conciertos y los músicos como la que hay en Granada. "Los grupos quieren su caché, las salas tiene que pagar su factura y ahí está la negociación, están los intereses comunes y luego los de cada uno".

A nivel andaluz, respecto a otras comunidades, el presidente de Creadi afirma que se está en el furgón de cola. Más aún, "quizás Granada sea uno de los lugares donde menos entendimiento hay entre las salas de conciertos y el Ayuntamiento". "Una de las razones para celebrar el encuentro aquí es que es una manera de poner el foco y llamar a todas la partes para intentar buscar soluciones", insiste. En su opinión, no se han cerrado más salas porque los empresarios, o viven de otra actividad o están dispuestos a mantener un negocio ruinoso porque forma parte de su forma de vida. "Si un empresario puro cogiera la contabilidad de las salas de España cerrarían el 70%, la gente está arruinada", concluye Laguna.

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