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Andrés Soria toma el testigo de la tradición filológica

  • El catedrático de Literatura presentó ayer en la Cuadra Dorada 'Siete estudios sobre la Edad de Oro', la obra número 28 de la Colección Mirto Academia

Andrés Soria Olmedo, con "la pretensión de no soltar el hilo de la tradición filológica e histórico-literaria" de Granada -de la que citó nombres de la talla de Emilio Orozco, Antonio Gallego Morell, Nicolás Marín, Juan Carlos Rodríguez o su propio padre, Andrés Soria Ortega-, ha continuado su s investigaciones sobre los siglos XVI y SVII. Fruto de esta "dedicación, más o menos sostenida pero intermitente" son los Siete Estudios sobre la Edad de Oro que ayer presentó en la Casa de los Tiros arropado por la Academia de las Buenas Letras de Granada.

Bajo el lujoso artesonado del salón conocido como la Cuadra Dorada, el que fuese su alumno, el investigador Juan Varo, fue el encargado de presentar esta obra, la número 28 de la Colección Mirto Academia que publica la editorial Alhulia de Granada.

Varo destacó que en los artículos reunidos en Siete estudios sobre la Edad de Oro pueden encontrarse "los elementos que caracterizan todo el trabajo de Andrés Soria; de una parte, el rigor filológico, la erudición y el gusto en el sentido kantiano del término; de otra, la presencia de un poderoso acervo humanístico que combina la literatura con la historia, la filosofía, la teoría literaria y el arte".

Andrés Soria pone de manifiesto esta finalidad en el primero de los siete capítulos del libro, dedicado a León Hebreo: "El objetivo de las presentes notas es acercarse a las fuentes, el contenido y la influencia de las páginas dedicadas por León Hebreo a la mitología antigua y la explicación alegórica y astrológica en el segundo de sus Diálogos de Amor".

El autor reconoció ayer durante el acto de presentación que se trata de "un libro seco porque está lleno de notas y erudiciones, pero que quiere respetar la literatura".

En cuanto a la corriente que siguen los estudios, Soria declaró que se enmarcan en "una filología con autoconciencia crítica", que "se acoge a la estirpe de los románticos y tiene su último hito en Edward Said". "El libro quiere ser una muestra de la vigilancia ideológica, que tiene interés en la filología de textos y de los códigos", aseguró Soria, quien dijo que la corriente de estudios filológicos granadinos tiene ahora continuidad en otros grandes nombres, entre los que destacó investigadores como Claudio Guillén, Francisco Rico o Antonio Sánchez Trigueros.

Como señaló Varo, Soria emprende en los artículos una doble voluntad de situar el libro en la historia -fuentes, contenido e influencia- y ponerlo en valor.

A León Hebreo dedicará también el último artículo del libro: León Hebreo: el amor entre dos mundos, aunque de este autor afirma Soria que "es el nexo entre todos los autores del libro, porque todos los escritores mencionados conocen su obra de forma directa o indirecta".

A Soto de Rojas dedica también otros dos artículos: Fuegos de amor abrasan mis escritos. La concordancia literaria en el Desengaño de amor en rimas y Jardines de palabras (entre Guillén y Soto).

Otro de los artículos es Saber de amores: erotismo y filosofía en el Renacimiento, en el que realiza una reivindicación de la lectura del Tratado de la hermosura y el amor de Maxililiano Calvi, obra denostada por Menendez Pelayo.

La idea de la concordia entre los humanistas permite a Soria ofrecer su visión sobre "el saber humanista", que "se dirige a los problemas de la vida desde un punto de vista crítico". Finalmente, en el estudio Ejemplar y europeo: notas sobre El Cortesano en tiempos de Carlos V, Juan Varo señaló que el catedrático "repasa las circunstancias de escritura y primera recepción de El Cortesano en España".

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