Música

El 'safari' de Antonio Carmona: flamenco y suajili en la sabana de Kenia

  • El artista granadino emprende una singular aventura musical junto a los raperos Jason Dunford y Edgar Manuel Vargas Gallegos; la diva del pop keniano Sanaipei Tande; y el cantante Justo Asikoye

Antonio Carmona junto al cantante keniano Justo Asikoye, de la banda Jabali Africa.

Antonio Carmona junto al cantante keniano Justo Asikoye, de la banda Jabali Africa. / Antonio Magraner / Efe

En un safari por la sabana de Kenia y rodeado de jirafas, el cantante español Antonio Carmona ha descubierto su última inspiración: una fusión mágica e inédita que hermana el flamenco con el suajili y los "ritmazos" de África. "Estoy en Kenia para evolucionar y aportar otras cosas a la música flamenca", afirma el granadino, fiel a su talante siempre abierto e innovador, durante una entrevista en un hotel del norte de Nairobi, donde le "han abierto los brazos de una manera muy bonita".

"Mi guitarra, mi cajón, mis palmas, mi voz voy a ponerlos al servicio de esta cultura africana", subraya el vocalista y cara visible de Ketama, el mítico grupo de flamenco-fusión que el año pasado regresó a los escenarios tras su disolución en 2004.

Musicazos de Kenia

Sentado en un sofá, mientras saborea un té keniano bien caliente cerca de un puesto de venta de artesanía de la popular tribu masái, un dicharachero Carmona desgrana los siete "días superintensísimos" que ha pasado este mes en Nairobi para grabar una canción y un vídeo con "musicazos" muy "versátiles" que pusieron "cada uno su granito".

En esta singular aventura musical acompañan al cantaor español dos raperos: Jason Dunford, excampeón de natación keniano conocido ahora por el nombre artístico Samaki Mkuu; y Edgar Manuel Vargas Gallegos, alias Romántico, un artista mexicano afincado en Kenia.

También integran este reparto multicultural la diva del pop keniano Sanaipei Tande y el músico Justo Asikoye, de la banda de afrorock Jabali Afrika, cuya exitosa carrera ha oscilado desde los años noventa entre Kenia y Estados Unidos. El proyecto ha alumbrado una canción trufada de "ritmazos" que supone un "sueño para todos" y "huele a México, a suajili, a África, a flamenco", asegura Carmona.

"Ese encuentro -continúa- es maravilloso y es la primera vez que se hace (...). Me encantaría que (la canción) estuviera en los Grammy Latinos" dada su originalidad. Todo apunta a que el tema se titulará Usiende mbali, que significa algo así como "No me dejes" en suajili, la lengua no colonial más hablada en África, donde unos cien millones de personas se expresan en ese idioma, oficial en países como Kenia o Tanzania.

La sonoridad de esa lengua ha cautivado al solista "ketamero": "El suajili mola mucho. Las palabrillas esas que suenan ahí, se te meten en el oído. Es más fácil que el inglés. Y luego hay cosas que se pronuncian como se escriben. Entonces no es tan complicado. El suajili, a la hora de cantarlo, ya me suena a flamenco".

"¡Está buena la carne de cocodrilo!"

Este safari ("viaje", en suajili) musical ha sumergido a Carmona en la cultura culinaria de Kenia, pues una parte del videoclip se grabó en el célebre restaurante Carnivore, templo de la carne a la brasa en Nairobi, donde se atrevió con manjares exóticos. "¡La verdad es que está buena la carne de cocodrilo! Tienen una gastronomía potente", exclama el artista granadino entre risas al contraponer esa infrecuente exquisitez con la "cazuela de fideos" que antaño acostumbraba a cocinarle su "mamita".

La otra parte del videoclip se rodó en la sabana, a una hora en automóvil de la capital keniana, donde el cantante, guitarra al hombro y melena al viento, se levantaba "a las cuatro de la mañana todos los días para tener buena cara a la seis porque salía el sol". "Hubo un momento ahí maravilloso, cantando a la naturaleza. Yo me puse a tocar una jirafa que tenía en frente, una que estaba sentada", explica con emoción el cantaor, quien ve en ese paisaje llano salpicado de acacias una metáfora de su "inquietud" artística.

"Aquí -remarca- es que ves pradera y la vista se te va a lo lejos. Y eso es lo que más me gusta, cielo abierto. Y eso es lo que todavía contemplo en lo musical: echar la mirada lejos".

África, la madre de la música

Carmona ha pisado Kenia por "primera vez", pero ya había visitado otros países subsaharianos como Senegal, donde actuó en 2011 ante 20.000 personas junto a la leyenda de la música senegalesa Youssou N'Dour en el III Festival Afroflamenco en Dakar. "Fue la experiencia más bonita que he podido tener", recuerda el vocalista de Ketama, quien considera a África "la madre de la música". No en vano, matiza, "el blues y el jazz vienen de aquí".

El cantante espera ahora que la canción y el videoclip grabados en Nairobi vean la luz el próximo enero y anhela hacer una "gira" con Samaki Nkuu, Romántico, Sanaipei Tande y Justo Asikoye para que "la gente se entere de este encuentro y haya eco por todo el mundo".

"Ketama es sagrado"

Al margen de este proyecto pionero, Carmona confiesa tener "muchas ganas de vivir todo", tras superar la grave infección que en 2017 le sumió en un coma inducido. "Lo he pasado muy mal (...). Dios me ha salvado y me ha sanado. Y me ha dado una nueva oportunidad", admite con rictus de alivio.

El desenlace feliz de aquel trauma posibilitó la vuelta de Ketama. "Agarrad las guitarras, que cuando salga de aquí nos vamos de gira", confiesa Antonio que le dijo en el hospital a su hermano Juan y su primo Josemi Carmona, los otros componentes de la banda.

Dicho y hecho. Ketama ya ha ofrecido casi cuarenta conciertos desde su reaparición en 2018. Y va a mantener ocupado al cantante con "bastantes giras" durante un tiempo ("A los tres nos apetece", recalca), por lo que el grupo "es sagrado en estos momentos".

Ese ajetreo, sin embargo, no frena el torrente creativo del cantaor, que es autor de tres discos en solitario -el último, Obras son amores, le valió en 2017 una nominación en los Grammy Latinos- y barrunta la publicación de un nuevo "single" en el que pretende coquetear con "otras influencias musicales" como el reguetón.

"Tengo ya como ocho o diez temas por ahí que me van rondando y que son muy buenos", adelanta el artista, partidario hoy día de lanzar sencillos porque resulta "muy sacrificado" componer un álbum. "A mis 54 años -concluye Antonio Carmona-, yo todavía sigo muy inquieto".

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