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Arte y micropolítica

  • l Muestra organizada por el Centro Guerrero en colaboración con Aulabierta, Ministerio de Cultura y Universidad Internacional de Andalucía. Hasta el 14 de febrero de 2010.El museo de la calle Oficios muestra un nuevo espacio de aprendizaje colectivo que mezcla lo artístico con la acción social

Un transductor es un dispositivo capaz de transformar un determinado tipo de energía de entrada en otra diferente de salida. En la práctica, se trata de iniciativas como la de Oda Projesi en Estambul, un proyecto de tres artistas que desde 1997 a 2005 autogestionaron un piso como un espacio cultural y social autónomo dentro de un edificio de viviendas. La política de lo cotidiano de la que hablan los alcaldes. Estas y otras iniciativas se muestran en el Centro José Guerrero dentro de la exposición Transductores. Pedagogías colectivas y políticas espaciales. Pero el proyecto no se ciñe a las paredes del museo. Incluye seminarios, talleres de formación, la construcción de un archivo, el trabajo con profesionales de la ciudad y la edición de diversas publicaciones. "El arte no puede estar al margen de la sociedad y debe servir también para conseguir una sociedad más justa y democrática", explicó ayer en la presentación la diputada de Cultura, María Asunción Pérez Cotarelo, que afirmó que estuvo valorando la posibilidad de suspender la muestra por el reciente fallecimiento de Lisa, hija del pintor José Guerrero y 'mecenas' del centro de la calle Oficios. "Pero entendimos que ella no hubiese querido", afirmó.

Por su parte, la directora del museo, Yolanda Romero, afirmó que, aunque los planes pedagógicos suelen ser algo complementario, en el Centro José Guerrero son el "músculo" para crear un público implicado en las actividades. Otra función paralela de Transductores es "potenciar la educación horizontal", cuidar más las preguntas que las respuestas. También crear "sinergias" con colectivos e instituciones. En este línea está la presencia de Aulabierta, una experiencia de diseño y construcción de una comunidad de aprendizaje autogestionada por los propios estudiantes dentro de la Universidad de Granada. Otro objetivo: conseguir que el arte sea uno de los puntales para una sociedad "más justa y democrática". Y de las palabras a la acción cotidiana de Docklands Community de Londres, que encuentra también su lugar en el Guerrero. Se trata de un colectivo de artistas que trabajaron en la zona de East London durante 10 años como diseñadores de la campaña de los sindicatos y asociaciones de vecinos que se opusieron y lograron retrasar varios años los planes de desarrollo urbanístico impuestos desde el Ayuntamiento de Londres. En definitiva, concebir el arte como una caja de herramientas para la sociedad.

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