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Arte contra los roles

  • Asunción Lozano expone en el Centro Damián Bayón 'Idéntica, similar, parecida, igual', una muestra que surgió de una encuesta en la que pedía que se valorase a los demás: el resultado fueron 700 adjetivos diferentes

Siempre preocupada por el uso abusivo de los roles y los estereotipos, Asunción Lozano propone en el Centro Damián Bayón del Instituto de América de Santa Fe todo un ejercicio de rebeldía. La exposición Idéntica, similar, parecida, igual habla de la identidad y la construcción de los imaginarios planteando precisamente "que nada es idéntico, similar, parecido ni igual sino que todo es mutable" y distinto. En una muestra que va más allá de lo metafórico, la artista reúne dibujos, acrílicos, fotografías, vídeos e instalaciones que pretenden luchar contra lo simplista y reivindicar la complejidad del individuo con ejemplos reales del mundo en que vivimos.

En un proyecto de investigación que roza lo sociológico, la artista hizo encuestas a su círculo de amigos y compañeros donde la pregunta era qué pensaban de los demás. Se trataba de un proyecto que surgió a raíz de su necesidad de aclararse sobre "lo que somos, cómo llegamos a serlo, y qué parte de culpa tienen los demás cuando nos lo terminamos creyendo". Pidió tres calificativos positivos y tres negativos, llegando a almacenar 730 adjetivos con los que era posible definir a las personas. Ellos son el eje en torno al que giran todas las piezas de la exposición.

La obra central es un libro titulado Mapas y que "pretende ser como una biblia". En él, Lozano recoge esos setecientos adjetivos repetidos en bucle hasta la saciedad señalando en rojo en cada página uno de ellos. La finalidad es que "dejemos de lado las calificaciones reduccionistas, sobre todo hacia el imaginario femenino, y a partir de ahí tengamos un repertorio infinito de asignaciones para definir a las mujeres". Propone, pues, una especie de diccionario de descripciones posibles.

Sorprende en una de las salas una obra que titula No soy hija, no soy madre, no soy esposa y no soy puta. Esa misma acumulación de adjetivos colocada de una determinada forma genera la imagen de un jarrón. Se trata de una instalación realizada a partir de piezas impresas en digital sobre dorado y que recoge la idea de lo preciosista que tiene lo decorativo, pero planteando a la vez una serie de reflexiones en torno a qué estamos haciendo cuando calificamos. "Volvemos a reivindicar la imagen pero se crea un conflicto entre contenido y continente, qué es lo que construye una forma, cuál es la imagen que se define y con qué elementos estamos definiendo esa imagen".

La muestra recoge piezas nunca antes expuestas en Granada como la serie Jardín de violetas negras que la artista realizó en 2007 y que construyó con la idea de asociar a cada individuo un color determinado. Son cien cuadros de diferentes colores hechos en piel de animal recortada y cosida que serían como retratos de personas pero simbolizados con el color. Establece así distintos recorridos con obras de diversa índole y referencia, desde los acrílicos que muestra en Taxonomías comparativas (2009), que adoptan formas de dianas concéntricas, a las Utopías, un conjunto de intervenciones sobre la pared de las salas del Instituto de América en las que reflexiona sobre la actividad cultural de Granada.

En esa defensa que Lozano hace de lo diferente, unido a su obsesión por la recopilación, la exposición muestra también una serie de videos que la artista llama Situations, fruto de una estancia de tres meses en Nueva York. En ellos, plantea la diversidad de estereotipos que se dan en una ciudad de constante tránsito como la neoyorquina interesándose por la forma "en que observamos a la gente, de qué manera poblamos la ciudad, y de qué manera tomamos conciencia del otro". Los videos muestran diferentes acciones realizadas en calles muy peatonales de Manhattan, Harlem o Brooklyn escogidas arbitrariamente donde hace hincapié en cómo observando detenidamente ese transcurrir de la gente podemos observar detalles que en el trasiego acelerado pasan inadvertidos.

Nueva York le sirvió también de inspiración en la obra Skyline o tras el imaginario de Auster, donde la artista propone un interesante juego que surge de una suerte de persecución del autor de Brooklyn Follies. De él admira el imaginario de personas que despliega en sus libros, "siempre muy complejas y como en un trance melancólico". Cuenta que vivía no muy lejos del escritor: "Me resultaba interesante estar viviendo en el mismo espacio que un autor que admiro mucho y me propuse salir durante un tiempo todos los días a perseguir el mismo imaginario que perseguía Auster". Acabó mirando, sin embargo, no a las personas ni a los edificios sino al cielo. El resultado son siete ediciones del cielo de Nueva York en distintos días y donde la artista deja ver muy poquito de los edificios tan simbólicos de la gran ciudad.

Así, mirando hacia arriba, termina una exposición que regala a los visitantes nada menos que 730 palabras posibles para escapar de los roles. Asunción Lozano lo avisa: "Se sorprenderán".

Asunción Lozano. Centro Damián Bayón de Santa Fe. Hasta el 8 de marzo.

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