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Artistas de Oriente y Occidente definen su Alhambra soñada

  • Eugenio Ampudia, Yazan Al-Khalili y Noel Wallace graban en el palacio una videoinstalación sobre el cruce de culturas

Todo tiene su origen en un triángulo, en un pequeño lugar concebido como "tierra de nadie" que existe entre el Palacio de Carlos V y el Palacio de Comares y que prácticamente pasa desapercibido para los turistas. Ese triángulo, donde confluyen la cultura nazarí, el arte del renacimiento y el mundo actual, es el motor que inspira la videoinstalación que tres artistas de distintas disciplinas y de mundos muy diferentes están grabando estos días en el entorno de la Alhambra y que se estrenará el próximo 3 de abril en la Capilla del Palacio de Carlos V con motivo de la celebración del Hay Festival de Granada.

Este particular proyecto cinematográfico reúne las seis visiones sobre la Alhambra que proponen el artista vallisoletano Eugenio Ampudia, el arquitecto y fotógrafo palestino Yazan Al-Khalili y el coreógrafo y bailarín británico Noel Wallace. Cada uno de ellos tienen muy claro cómo es su Alhambra, todo lo que ella les inspira y la forma en la que los turistas están transformando su perfil. "Cada uno de nosotros hemos enfocado 'el problema' desde tres puntos de vista muy diferentes pero muy sinceros, y siempre en relación con el edificio, que es de donde parte todo. Se crea entonces un triángulo real de choque de civilizaciones y la Alhambra es el símbolo de todas las épocas", explica Eugenio Ampudia.

Todo este proyecto se podrá ver a través de "seis pantallas integradas" en la sala octogonal de la capilla del Palacio de Carlos V, el lugar para el que ha sido concebido especialmente. Además, en la videoinstalación también se podrán escuchar piezas de música que remitirán a Oriente y Occidente, así como las voces de actores que recitarán en árabe, inglés y español parte de las reflexiones que los tres artistas hacen acerca de su entorno.

Este trabajo, cuyo título provisional es Tierra de nadie, ha nacido amparado por la Fundación Delfina, una de las entidades patrocinadoras del Hay Festival, y que actúa como mecenas de artistas. La institución no sólo trabaja apoyando la evolución personal y profesional de creadores de todas las disciplinas, sino que facilita el intercambio cultural entre autores de Oriente y Occidente y trata de crear nuevos espacios culturales para el siglo XXI que animen al diálogo entre culturas. Así, Ampudia, Al-Khalili y Wallace llevan desde hace una semana grabando el material en el entorno de la Alhambra con sesiones maratonianas de trabajo y permanecerán en la ciudad hasta el próximo martes alojados en la Fundación Rodríguez-Acosta, en asociación con la Fundación Delfina.

"La base de este proyecto proponía a tres artistas la coincidencia en un espacio determinado, que son los Palacios Nazaríes, y desde ahí, que realizaran un análisis de las influencias de Oriente y Occidente en un lugar tan espectacular como la Alhambra", cuenta Aaron Cezar, director ejecutivo de la Fundación Delfina.

Ampudia, Al-Khalili y Wallace firman cada uno dos videocreaciones de las seis que componen el trabajo global, aunque todos participan de los trabajos del resto. Con ese triángulo, esa 'tierra de nadie', como telón de fondo, las propuestas visuales adquieren formas muy distintas. Wallace, por ejemplo, inspira sus movimientos en las 17 formas geométricas que recorren todas las estancias de la Alhambra y, a partir de ellas, ha creado "17 pasos geométricos" que le permiten construir sus coreografías. Además, y como "reivindicación de un bello espacio que está siempre ocupado por figuras humanas, por turistas", según él mismo detalla, otra de las danzas la realiza cubierto por una especie de máscara de espejos en forma de triángulo y que permite que suelo y paredes se confundan entre ellos y con él para conseguir un efecto casi hipnótico.

Yazan Al-Khalili ha preferido, en cambio, hacer una revisión a la historia del edificio e incluye en su trabajo una curiosa entrevista a los turistas. La pregunta: ¿Alguien conoce o ha visto a Antonia? La respuesta, nadie la sabe, pero tiene una curiosa historia detrás. Antonia fue una de las últimas personas que alquilaban habitaciones en la Alhambra -fue casera, incluso, de Washington Irving-, "cuando el edificio era un lugar vivo y no un museo, un lugar cerrado a las sensaciones de la gente", añade.

Ampudia se encarga de cerrar este triángulo con una visión de la Alhambra como "elemento de conflicto": "Me importa mucho que sea un lugar tomado por turistas pero también me importa mucho las relaciones que provoca entre Oriente y Occidente, incluso el tipo de visitantes que tiene respecto a su posición en el mundo actual".

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