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Belén Maya: raza y duende en las noches del Corral

  • La bailaora será la estrella indiscutible de la última semana de la X edición de la Muestra Andaluza de Flamenco

Neoyorquina de nacimiento y de "las casualidades de la vida", la bailaora Belén Maya será la encargada de abrir la última semana de baile y duende en la X edición de la Muestra Andaluza de Flamenco que se celebra desde el pasado 22 de julio en el Corral del Carbón.

Hija de Mario Maya y Carmen Mora, la bailaora ha vivido rodeada de batas de cola y compás desde el mismo momento en que nació pero siempre ha tenido claro que quería marcar su estilo propio: "Siempre es difícil conseguir marcar las diferencias con respecto a otros porque la gente piensa que debes seguir la escuela de tus padres y no tiene por qué. A mí nunca me ha pesado ser hija de quien soy porque he hecho siempre lo que me ha dado la gana. Evidentemente ha sido positivo porque he aprendido de ellos al verlos bailar y son dos referentes muy buenos y potentes en mi vida. Al principio me costó mis peleas querer seguir mi camino pero ahora está muy contento, le gusta lo que hago", comenta la bailaora con la seguridad de la que sabe que no ha fallado en su intento por desmarcarse de los demás.

Belén Maya ha recorrido medio mundo en su afán por nutrirse de las vanguardias e innovar en la danza flamenca. Vivió una época en Japón donde, confiesa, lo hizo en un primer momento, "para ganar mucho dinero" pero acabó enamorándose de la cultura oriental. Alaba lo "respetuosos y estudiosos" que son los japoneses cuando se trata de apreciar y ver el flamenco. Otra escala importante en su vida fue cuando vivió en Nueva York: "Nací allí de casualidad porque mis padres se encontraban trabajando en Nueva York y el parto se le adelantó a mi madre. Siempre había querido volver y experimentar la vida cultural de la ciudad ya que hay mucho baile y muchas escuelas de las que nutrirse. Desde luego no se si me ha influido, pero si sabía desde el principio que empecé a bailar que lo que quería era contar algo distinto, ser yo misma y no parecerme a nadie".

Tiene claro que la danza flamenca necesita de una disciplina como cualquier otro arte, no es sólo cuestión de 'duende': "El flamenco es una forma de danza como el clásico y el contemporáneo; no es saber dos pasitos y dedicarte a ello...hay que estudiar todos los días, estar en forma, cuidarse muchísimo, estar siempre aprendiendo, nunca dejar de tomar clases, escuchar, ver a los demás artistas. Desde luego no te puedes relajar y acomodar; hay que darle forma a tu baile cada día".

No rehuye de lo tradicional. Tiene entre sus referentes a Cristina Hoyos, Eva 'La Yerbuena, "a la que sigo cada vez que puedo" y a su madre; sería para ella "un sueño" poder bailar los quejíos que salieran de la garganta de Enrique Morente, "dios y genio de este siglo", según Belén Maya. Su actuación en la película Flamenco de Carlos Saura dejó a más de un purista con la boca abierta, pero tiene claro lo que para ella significar innovación: "No me gusta buscar algo fuera de lo común por el simple hecho de hacerme especial o rara. Nunca ha sido mi finalidad esa. En cada momento de mi vida y mi espectáculos los he sentido así, he querido hacerlos de una manera en la que en ese momento resultaba diferente a lo que todo el mundo hacía".

El taranto es su palo preferido para bailar porque goza, según la bailaora, de "una fuerza muy femenina y sensual, a la vez de que contiene un dramatismo suave" con el que "conecta" a la perfección. A la actuación de esta noche trae un repertorio de "tangos de Granada y seguiriyas", con los cuales espera gustar al público, aunque Belén Maya sabe de la responsabilidad que conlleva actuar en Granada: "Le tengo un especial cariño a la ciudad por las temporadas que he pasado aquí dando clases, además de los aspectos personales. Siempre es una responsabilidad muy grande, ya que sabes que hay artistas muy buenos y tienes que estar a la altura. Te conocen y por eso siempre espero que todo salga bien".

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